La Conferencia Política del PSOE

Ibarra y las setas de Maragall

La ausencia total de cualquier ribete polémico en la Conferencia Política llegó incluso a la cena compartida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con todos los líderes regionales, presidentes autonómicos, varios ministros y Felipe González. Tres horas de reunión en las que no hubo discursos, sólo muchos chistes de González, que se dedicó a divertir a la concurrencia.

Las últimas dos cenas de este tipo fueron sonadas. En enero, en La Moncloa, Pasqual Maragall asombró a todos los presentes proponiendo la aprobación del Estatuto "incluso sin CiU". Y en noviembre de...

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La ausencia total de cualquier ribete polémico en la Conferencia Política llegó incluso a la cena compartida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con todos los líderes regionales, presidentes autonómicos, varios ministros y Felipe González. Tres horas de reunión en las que no hubo discursos, sólo muchos chistes de González, que se dedicó a divertir a la concurrencia.

Las últimas dos cenas de este tipo fueron sonadas. En enero, en La Moncloa, Pasqual Maragall asombró a todos los presentes proponiendo la aprobación del Estatuto "incluso sin CiU". Y en noviembre de 2005, en Gobelas, una de las sedes del PSOE, después de una tensa cena de discusión sobre el proyecto catalán, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, acabó ingresado con un infarto.

Ayer, por las pantallas del circuito interno del PSOE se pudieron ver algunos momentos de la distendida cena del día anterior en los que Ibarra recordaba con rechifla la noche de su infarto. "La última vez que estuve en una cena como ésta acabé en el hospital. Yo creo que fueron unas setas que recomendó Maragall. Ése me envenenó, seguro. Me fui a los postres, sin pagar, le tocó a Marcelino [Iglesias]", reía con sus compañeros. El catalán no estaba allí para defenderse con un chiste. Lo más comentado, la camisa rojo chillón de José Blanco. Preguntado por Zapatero, González aseguraba que le parecía "fantástica". Otros dirigentes, en privado, no fueron tan generosos.

José Montilla llegó tarde, y Blanco trató de generar entusiasmo a su llegada. "Ahí viene el presidente de Cataluña", dijo mientras aplaudía su entrada. Pero se quedó solo en ese aplauso, que tuvo que cortar en seco.

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