Un examen con mucha miga

A Fabio Capello le espera hoy un exigente debú. El italiano, que nunca ha dirigido al Madrid en la Copa de Europa, se presenta en el mismo escenario donde el curso pasado su equipo recibió una soberana paliza (3-0). El Madrid no es el mismo, pero con tanto cambio aún no está cuajado. El Lyón, que ha encadenado cinco Ligas consecutivas, apenas ha alterado la cepa. Y del único retoque relevante el Madrid tiene la culpa por el fichaje de Diarra, que vuelve al escenario en el que hace apenas un mes se declaró en rebeldía. Pero al frente del poderoso equipo francés se mantiene Juninho Pernam...

A Fabio Capello le espera hoy un exigente debú. El italiano, que nunca ha dirigido al Madrid en la Copa de Europa, se presenta en el mismo escenario donde el curso pasado su equipo recibió una soberana paliza (3-0). El Madrid no es el mismo, pero con tanto cambio aún no está cuajado. El Lyón, que ha encadenado cinco Ligas consecutivas, apenas ha alterado la cepa. Y del único retoque relevante el Madrid tiene la culpa por el fichaje de Diarra, que vuelve al escenario en el que hace apenas un mes se declaró en rebeldía. Pero al frente del poderoso equipo francés se mantiene Juninho Pernambucano -"el mejor lanzador de faltas del mundo", según dice Capello-, los velocistas Govou y Malouda, y el pichichi brasileño Fred, un rematador puro. Enfrente, un equipo aún descosido, para el que el técnico italiano pide un mes de amparo. "No hemos tenido suerte con el sorteo, porque el Lyon está más rodado y conjuntado y es un equipo muy fuerte", sostuvo Capello.

Al margen de los puntos, el dinero y el prestigio que hay en juego, la prueba tiene miga. El ex entrenador del Juventus aún tiene muchas dudas con el mecano ofensivo del equipo, justo la demarcación en la que compiten dos jerarcas de la plantilla (Raúl y Guti) y tres jóvenes de altos vuelos (Robinho, Cassano y Reyes). A salvo Van Nistelrooy -al menos hasta que Ronaldo se ponga los tacos- e intocables Beckham, Emerson y Diarra, restan dos puestos por cubrir. Y Capello ya ha mandado algún aviso. El último, el pasado domingo en Valencia, cuando al descanso Raúl y Cassano hicieron hueco a Reyes y Robinho. Al jefe le disgustó la "lentitud" del equipo en ataque. A lo largo de su dilatada carrera, Capello siempre ha mantenido a rajatabla tres mandamientos: defensa sin fisuras, orden y vértigo ofensivo. "No es cuestión de velocidad", razonó el técnico en Lyon, "sino de movimiento". "Un jugador puede no ser el más rápido, pero si está en movimiento puede llegar antes que el contrario". De cómo resuelva la línea ofensiva puede depender tanto el futuro del equipo como la gestión del vestuario. Curtido en mil batallas, Capello no quiso dar la más mínima pista sobre los titulares en Lyón. Tampoco quiso anticipar quién relevará a Salgado, en Madrid por una lesión, pero se trata de una cuestión mucho menor, puesto que el gallego parte con enorme ventaja sobre Cicincho, que inquieta al míster por su vocación atacante. En la otra orilla no hay problemas desde hace 100 partidos de Champions, los que hoy cumplirá Roberto Carlos con el Madrid. Muy cerca de Raúl, que hasta ayer sumaba 101, pero que no tiene garantizado que el siguiente se cumpla en Francia. En su área de influencia el puzzle no está resuelto. Hoy, tanto el capitán como sus compañeros de línea tendrán nuevas pistas.

Lyon: Coupet; Reveillere, Cris, Squillaci, Abidal; Tiago,Toulalan, Juninho; Govou, Fred y Malouda.

Real Madrid: Casillas; Cicinho, S. Ramos, Cannavaro, Roberto Carlos; Emerson, Diarra; Beckham, Cassano o Robinho, Raúl o Reyes; y Van Nistelrooy.