Reportaje:

Luis dimite y rectifica en ocho horas

El seleccionador español anunció ayer por la mañana su marcha a Villar y por la tarde comunicó que seguía en el puesto

Luis Aragonés aceleró ayer y al rato dio marcha atrás. Ocho horas después de poner su dimisión en la mesa del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, cambió de opinión y decidió seguir en su puesto de seleccionador nacional. Los dirigentes no aceptaron su marcha, y el técnico solicitó 48 horas para reflexionar sobre su futuro, plazo que no agotó. Así, hablando de sí mismo en tercera persona, aseguró que continúa en el cargo "por muchas cosas, no sólo por Luis": "Me he ido dos veces, pero no me han dejado. Me han dicho que les dejaba cojos". Éste ha sido el desenlace...

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Luis Aragonés aceleró ayer y al rato dio marcha atrás. Ocho horas después de poner su dimisión en la mesa del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, cambió de opinión y decidió seguir en su puesto de seleccionador nacional. Los dirigentes no aceptaron su marcha, y el técnico solicitó 48 horas para reflexionar sobre su futuro, plazo que no agotó. Así, hablando de sí mismo en tercera persona, aseguró que continúa en el cargo "por muchas cosas, no sólo por Luis": "Me he ido dos veces, pero no me han dejado. Me han dicho que les dejaba cojos". Éste ha sido el desenlace de una crisis esperpéntica destapada por la derrota de la selección el pasado miércoles en Belfast frente a Irlanda del Norte (3-2).

"Estamos como antes y después del Mundial, es decir, satisfechos con él", dicen en la Federación
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Con ese fracaso aún caliente, Luis Aragonés solicitó audiencia a Ángel María Villar en el pasillo de los vestuarios del campo de Belfast. El seleccionador se presentó el viernes en la sede federativa, pero no encontró quien le recibiera. Según un portavoz de la federación, la apretada agenda de Villar lo impidió pese a que no más de 50 metros separaron al presidente y al técnico durante varias horas.

Luis logró ayer su objetivo. Durante unos 30 minutos se reunió con Villar y con Jorge Pérez, secretario general de la federación. El seleccionador les presentó la dimisión pese a que tres días antes había asegurado que seguiría -"¿hay alguien que se vaya de su trabajo?", se llegó a preguntar-. Villar no aceptó la renuncia, pero los hechos que rodearon la cita merecieron versiones contradictorias.

Tras la entrevista, Luis se dirigió a su despacho y, mientras tanto, otro portavoz, Jorge Carretero, presidente del Alcalá, se encargó de dar la noticia. La federación, en su página web, hizo pública la siguiente información: "Villar reiteró al técnico que goza de plena confianza (...) y que cree que su trabajo alcanzará las metas que perseguimos ahora (...), la fase final de la Eurocopa 2008. Estamos como estábamos antes y después del Mundial, es decir, satisfechos de su trabajo. Creemos en Luis y creemos en los jugadores y en lo que son capaces de hacer".

En la misma página, Carretero añadió: "Esta casa sigue pensando que Luis es el mejor seleccionador posible y no albergamos dudas de que alcanzaremos los objetivos previstos (...). Ante la respuesta de la federación, Luis ha decidido retrasar su decisión 48 horas".

Al abandonar la sede federativa, Luis no aclaró los motivos de su dimisión, aunque la achacó a que "es lo que todos querían", en referencia sobre todo a la prensa. Tampoco quiso aclarar su cambio de opinión del fin de semana. El viernes había asegurado: "No quiero irme, pero eso está en manos de la federación". Ayer se limitó a comentar: "Antes dijísteis [los periodistas] lo que dije y ahora diréis lo que digo".

El seleccionador, a última hora de la mañana de ayer, una vez fuera de la sede federativa, negó que se fuera a tomar 48 horas para responder y decidir. "He presentado la dimisión y no me la aceptan", contó; "pero para seguir he expuesto un par de connotaciones. ¿Cuáles? Si se las digo, sabrán más que yo. Nada de 48 horas de reflexión. Cuando sepa la respuesta que me dan, dentro de una hora, un día o dos, diré si sigo o no. Puede que en horas se confirme mi dimisión".

Unos minutos después, el secretario general negó que el seleccionador les hubiera expuesto "connotación" alguna. Pérez insistió en que no tienen ninguna duda sobre Luis. "Le hemos renovado la confianza hace dos meses", añadió, "y le hemos dicho en la reunión que le vamos a ayudar en todo lo que podamos. Nos pidió un fisiólogo, y se lo proporcionamos; un psicólogo, y ahí lo tiene; más medios para ver en vídeo los partidos.... Su contrato es como si estuviera firmado. Luis siempre tendrá el respaldo de la federación. La propuesta del cargo de director deportivo que se hizo sigue en pie".

Una vez acabado el Mundial, y como un punto más de las conversaciones que llevaron al acuerdo verbal de la renovación del contrato del seleccionador por dos años más, se propuso a Luis ser el futuro director deportivo de la federación. Sus funciones, entre otras, serían las de hombre de confianza de Villar en temas deportivos y la de coordinador de todas las selecciones de la federación y del estudio para el rejuvenecimiento de sus técnicos.

Luis no esperó 48 horas para decidir. Ocho fueron suficientes. A las seis de la tarde, el secretario general recibió una llamada telefónica suya. "Me ha dicho que sigue en el cargo", contó Pérez; "ha llamado preguntando por Villar, pero el presidente en ese momento viajaba hacia Berlín". Después añadió que esperaba esa respuesta del seleccionador. "El desarrollo de la entrevista de la mañana", dijo Pérez, "así nos lo indicaba. Sólo al final de la misma fue cuando nos dijo que se iba a tomar 48 horas para reflexionar porque no lo tenía claro del todo".

El seleccionador, hablando de sí mismo en tercera persona, dijo a Radio Marca que seguía "por muchas cosas, no sólo por Luis": "También está la gente que me rodea [sus colaboradores]. Por mí, me habría marchado a cambio de nada. Me he ido dos veces, pero no me han dejado. Me han dicho que los dejaba cojos".

Por la noche, en el programa El Larguero, de la Cadena SER, comentó que sigue porque cree que se puede ganar a Suecia en la próxima cita, en Estocolmo, que considera "un examen" en el que espera "sacar un diez". También insistió en que se habría ido "sin cobrar", pero que cambió de criterio por el respaldo obtenido a diferentes niveles, y en que no se siente "manipulado" ni un juguete de nadie.

Luis Aragonés atiende a los periodistas a su salida de la sede federativa.EFE

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