Análisis:A LA PARRILLA

Derecho de admisión

En sus retransmisiones, Andrés Montes (La Sexta) llevaba meses avisando de que la vida puede ser maravillosa. Con cierto retraso sobre el horario previsto, su deseo se hizo realidad en Japón, en la final del Mundial de baloncesto. La vida de los jugadores de la selección española y de los técnicos ha sido, durante las últimas semanas, maravillosa. Justo después del partido, la felicidad que se han trabajado con seriedad, inteligencia, ambición y humildad ya no pertenece a los jugadores y se distorsiona desde un entusiasmo que no siempre controla el sentido de la medida. Unos jugadores sienten ...

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En sus retransmisiones, Andrés Montes (La Sexta) llevaba meses avisando de que la vida puede ser maravillosa. Con cierto retraso sobre el horario previsto, su deseo se hizo realidad en Japón, en la final del Mundial de baloncesto. La vida de los jugadores de la selección española y de los técnicos ha sido, durante las últimas semanas, maravillosa. Justo después del partido, la felicidad que se han trabajado con seriedad, inteligencia, ambición y humildad ya no pertenece a los jugadores y se distorsiona desde un entusiasmo que no siempre controla el sentido de la medida. Unos jugadores sienten el apoyo de todo un país y otros, como Juan Carlos Navarro, optan por el factor humano. "Queríamos ganar por Pau", dijo Navarro, confirmando que un amigo lesionado motiva tanto como una bandera. "Estos entran en la historia", decía Juanma Iturriaga. La historia, pues, es un lugar con un derecho de admisión muy restrictivo.

El derecho de admisión de Gran Hermano (Tele 5), en cambio, baja el listón. Mercedes Milá anuncia que en la edición de este año un concursante será elegido al azar. Sólo tiene que presentarse a una hora y un día convenido, ligero de equipaje, y esperar a que la suerte le ilumine. Es una estrategia de promoción potente, que convocará a miles de candidatos en un acto que tendrá algo de reclutamiento. Pero, por otro lado, desmiente todo el rollo que durante años se han tirado de ser un formato responsable, que cuida a los concursantes con enorme rigor psicotécnico y toda esa camelística. En manos del azar, todo es posible, y ahora GH riza el rizo creando diferencias entre el que ha tenido que superar un proceso de selección y el que entra por la lógica del sorteo. Y ya se sabe que la principal fuente de conflictos son las diferencias. En el microcosmos de GH, cuando se intercambian concursantes de otros países, ya vimos que cualquier novedad alteraba el gallinero y el concursante por sorteo será un estímulo más para alimentar a la bestia y entretener nuestro insaciable apetito.

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