Crónica:LO QUE HA LLOVIDO

El 'Maine', Fidel y Valencia

Los americanos nos la dieron con queso (que no con leche en polvo) una vez más. Nos metieron en la guerra en 1898 imputándonos el hundimiento del acorazado Maine cuando éste se hundió solito. Nos acusaron de ser el toro que mató a Manolete cuando Islero eran ellos, o el azar, o la mala suerte. O todo junto.

Casi 80 años después de la guerra hispano-norteamericana que supuso a nuestro país la pérdida definitiva del imperio colonial, el jefe de la División Nuclear de la Armada estadounidense, un almirante llamado H. G. Rickover, publicaba un libro, titulado ...

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Los americanos nos la dieron con queso (que no con leche en polvo) una vez más. Nos metieron en la guerra en 1898 imputándonos el hundimiento del acorazado Maine cuando éste se hundió solito. Nos acusaron de ser el toro que mató a Manolete cuando Islero eran ellos, o el azar, o la mala suerte. O todo junto.

Casi 80 años después de la guerra hispano-norteamericana que supuso a nuestro país la pérdida definitiva del imperio colonial, el jefe de la División Nuclear de la Armada estadounidense, un almirante llamado H. G. Rickover, publicaba un libro, titulado Cómo fue destruido el acorazado Maine, en el que exoneraba a España de culpa y explicaba que el hundimiento del barco en el puerto de La Habana, en febrero de 1898, y en el que perecieron 266 marineros norteamericanos, se debió a una explosión interna. Investigaciones de expertos, que estudiaron las fotografías y los restos del hundimiento, así lo avalaban.

Por eso lavábamos nuestro honor, titulábamos España no hundió el Maine, y recordábamos que el acorazado había llegado a Cuba para proteger las vidas de los soldados norteamericanos, soldados que luchaban allí apoyando a los insurgentes contra España. O sea, Estados Unidos, haciendo ya amigos por esta parte de Europa. Igual todavía hoy hubiéramos tenido Cuba, a mayor gloria del imperio; Fidel sería sólo gallego y la isla sería toda una realidad nacional en pleno Caribe.

Por cierto, el lenguaje imperial no nos era tan ajeno, porque este día 13 de agosto, en primera página, aludíamos al dictador que duró 40 años como el "Generalísimo Franco". O se nos iba un poco la pinza o, hablando de acorazados, teníamos en la Redacción algún submarino.

Un lector, Jesús Mora, escribía una carta al director quejándose de La gran enciclopedia catalana, que había caído en sus manos, por estas nimiedades: "Valencia es un país catalán productor de arroz"; "los países catalanes están formados por la Gran Cataluña y los demás países catalanes"; "los otros catalanes son los individuos de habla castellana que han sabido adaptarse, olvidando su cultura de origen, a la cultura y modo de hacer de los catalanes".

Para que luego digan que no les hacía falta el Estatut. Que seguro que permite, además, editar otra enciclopedia.

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