Entrevista:ESMILDA PEÑARANDA | Estafa en el distrito de San Blas

"Ahorramos mucho para tener esto"

Esmilda Peñaranda es una mujer colombiana de 42 años. Está casada con un paquistaní y tiene dos hijos pequeños; el más pequeño no cuenta aún el año. Lleva cinco años en España y hasta el sábado vivía en una nave industrial de la calle de Sepúlveda (Latina). "El propietario de la nave nos dijo que o nos íbamos ya por las buenas o nos sacaba por la fuerza", explica. No tiene adónde ir. Por eso se quedará en el piso de la calle de Estocolmo.

Esmilda encontró el anunció de la empresa Strauss Trust en el periódico Segunda Mano. Teme haber perdido los 1.560 euros que dio de señal. Ella...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Esmilda Peñaranda es una mujer colombiana de 42 años. Está casada con un paquistaní y tiene dos hijos pequeños; el más pequeño no cuenta aún el año. Lleva cinco años en España y hasta el sábado vivía en una nave industrial de la calle de Sepúlveda (Latina). "El propietario de la nave nos dijo que o nos íbamos ya por las buenas o nos sacaba por la fuerza", explica. No tiene adónde ir. Por eso se quedará en el piso de la calle de Estocolmo.

Esmilda encontró el anunció de la empresa Strauss Trust en el periódico Segunda Mano. Teme haber perdido los 1.560 euros que dio de señal. Ella no trabaja, así que los dos adultos y los dos niños viven sólo con el sueldo del marido. "Íbamos a vivir en una habitación y a alquilar las otras", admite.

Más información

Ahora recuerda lo extraño que fue todo el proceso. La actitud nerviosa de Juan Toribio y la flexibilidad de las condiciones: "Primero me pidieron dos meses de fianza y, como no podía pagarlos, le dije que le daba uno. No hubo ningún problema", cuenta.

"Elegí esa empresa porque no cobraban el mes que suelen cobrar las inmobiliarias", explica con toda la tristeza del mundo. "Hemos tenido que ahorrar mucho para esto, y ahora no tenemos absolutamente nada. Mi situación es muy complicada". Su niña, mientras tanto, corretea por el salón y juega con unos lápices que han dejado abandonados los antiguos inquilinos del piso, quienes -Esmilda está convencida- les han estafado a todos.

Peñaranda no tiene intención de marcharse de la casa. Ayer estuvo cocinando y preparando los biberones de sus niños. No se movió en todo el día del piso, y por la noche aguardaba a que llegara su marido.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En