Crónica:CARTA DESDE WASHINGTON

La sala de prensa del ala Oeste

Pero..., ¿esta es la sala de prensa de la Casa Blanca? ¿la venerada y tantas veces inmortalizada en series de televisión y películas sala de prensa presidencial del país más cinematográfico del mundo? A los periodistas extranjeros que aquel día cubríamos una información relativa a la Unión Europea se nos hundía el mito. Y se hundía en porquería. Cortinas sucias y descolgadas; moquetas rajadas; ¡sólo 48 sillas! -rotas- y cada una adjudicada a uno de los periodistas que permanentemente cubren la Casa Blanca (suerte tuvo esta corresponsal de sentarse en el lugar que ocupa la legendaria Helen Thom...

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Pero..., ¿esta es la sala de prensa de la Casa Blanca? ¿la venerada y tantas veces inmortalizada en series de televisión y películas sala de prensa presidencial del país más cinematográfico del mundo? A los periodistas extranjeros que aquel día cubríamos una información relativa a la Unión Europea se nos hundía el mito. Y se hundía en porquería. Cortinas sucias y descolgadas; moquetas rajadas; ¡sólo 48 sillas! -rotas- y cada una adjudicada a uno de los periodistas que permanentemente cubren la Casa Blanca (suerte tuvo esta corresponsal de sentarse en el lugar que ocupa la legendaria Helen Thomas y que no todos los días asiste a las conferencias, el resto de los redactores europeos fueron levantados sin miramientos de sus sitios); y un olor que hablaba de que por allí había pasado mucha, mucha, mucha humanidad. Todo ello encajado en el diminuto espacio de lo que una vez fue la piscina que en 1933 Franklin Roosevelt mandó construir y que Richard Nixon se encargaría de transformar en 1970 en habitáculo para los reporteros después de quedarse pequeño (¿más aún?) el del primer piso del ala Oeste que hacía las funciones de sala de prensa.

Había que tomar medidas, visto lo visto. El presidente George W. Bush se deshidrataba en cada conferencia de prensa. Sudaba y sudaba, y no sólo por lo difícil de su situación, con lo que está cayendo. Uno de los dos cuartos de baño hace tiempo que pasó a la historia. Hace varios días se caía parte del techo sobre los cronistas. Pero el cuerpo de prensa aguantaba. Se quejaba pero resistía. "Hay manchas que prefiere no saber de qué son", asegura Julie Mason, del Houston Chronicle. Pero la puntilla se la dio a la vieja dama el organismo encargado del mantenimiento de los edificios del Gobierno, quien certificó en una revisión que la existencia de amianto podía convertir el lugar en una tea y trampa mortal.

Renovarse o morir. Decisión tomada: renovación total. Nada de maquillaje, nada de tapar las "manchas". La reconocida instalación estará ingresada durante nueve meses, el tiempo en el que le será practicada una profunda cirugía estética. Probablemente Bush ha cumplido el sueño de todo presidente: desalojar a los incómodos y entrometidos periodistas del ala Oeste de la Casa Blanca.

Ayer se oficiaba en la mítica sala la última rueda de prensa. Dos días antes, el miércoles, Tony Snow, el periodista de la Fox transformado en portavoz del presidente, despedía a la histórica y vieja habitación. Y para ello se hizo acompañar de cinco antiguos portavoces, incluido el que dio nombre a la sala de prensa, James Brady, el portavoz de Ronald Reagan que resultó gravemente herido cuando intentaron asesinar al presidente en 1981. Y como por sorpresa, apareció Bush. "Es el fin de una vieja era", dijo. Algunos se hicieron ilusiones. Pero no. "He escuchado sus quejas", admitió el presidente, quien a la pregunta de cuál había sido su mejor momento en aquella sala respondió: "Siempre cuando acaba la rueda de prensa". A partir de ahora, los encuentros con los periodistas se celebrarán cruzando la calle de la Casa Blanca, en Jackson Place.

Pero el club de periodistas más envidiado del mundo sospecha que la renovación, por más que Snow les jure lo contrario, puede ser una excusa para desalojarlos del lugar privilegiado que ahora ocupan, donde tienen acceso a Bush y su equipo. "Se aceptan apuestas", se lee en un correo electrónico enviado por el reportero de la CBS Mark Knoller a los miembros de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. "Estaremos de vuelta en la sala de prensa para: a) las elecciones legislativas de noviembre; b) cuando la misión esté cumplida en Irak; c) para las elecciones presidenciales de 2008; d) en el próximo milenio y e) nunca jamás". Seguiremos informando.

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