PROPUESTA PARA EL FORO POLÍTICO

El PSE exige que la mayoría nacionalista no se imponga en la mesa de partidos

"Los acuerdos deberán tener el apoyo de cada sensibilidad ideológica"

El Partido Socialista de Euskadi (PSE) ha concretado en un borrador la hoja de ruta de la mesa de diálogo que se puede constituir en el País Vasco en los próximos meses. El PSE defiende que todos los acuerdos se adopten por consenso, pero si esto no fuera posible, exige como requisito indispensable el apoyo de "uno de los grandes partidos de cada sensibilidad ideológica". El objetivo de los socialistas es que, con el tiempo, el foro se integre en los ámbitos parlamentarios, y que sus acuerdos sean tramitados por las instituciones.

El PSE estima que con el alto el fuego de ...

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El Partido Socialista de Euskadi (PSE) ha concretado en un borrador la hoja de ruta de la mesa de diálogo que se puede constituir en el País Vasco en los próximos meses. El PSE defiende que todos los acuerdos se adopten por consenso, pero si esto no fuera posible, exige como requisito indispensable el apoyo de "uno de los grandes partidos de cada sensibilidad ideológica". El objetivo de los socialistas es que, con el tiempo, el foro se integre en los ámbitos parlamentarios, y que sus acuerdos sean tramitados por las instituciones.

El PSE estima que con el alto el fuego de ETA y la autorización del presidente del Gobierno para iniciar el diálogo con la banda se dan las condiciones para impulsar una mesa de diálogo político. Este foro se constituiría en los próximos meses y en él participaría Batasuna si cumple la Ley de Partidos.

La hoja de ruta de la formación que lidera Patxi López se basa en el Pacto de Ajuria Enea, de enero de 1988, y en la resolución del Congreso de mayo de 2005, que lo renovó. Ambos textos separan el diálogo entre el Gobierno y ETA, sobre el futuro de los presos, y la negociación política, que sólo corresponde a los partidos.

El PSE plantea como cuestión de calado que los acuerdos deben contar necesariamente con el respaldo de "uno de los grandes partidos de cada sensibilidad ideológica", esto es, uno nacionalista y otro no nacionalista. Con ello pretende impedir que la mayoría nacionalista se imponga al pluralismo de la sociedad vasca, como ocurrió con el plan Ibarretxe. Otra condición es que ningún partido podrá exigir planteamientos previos a la constitución de la mesa, como el derecho a la autodeterminación o el estatus de Navarra.

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