Alemania 2006 | Argentina-Serbia y Montenegro

Con Riquelme o contra él

Argentina volverá a ponerse hoy en manos de Riquelme, para quien Pékerman busca un 'once' a medida

Riquelme ignora los puntos intermedios. O le odian o le levantan un monumento. O juega los 90 minutos o es mejor no ponerlo. O le rodean de los compañeros que se ajustan a su idea del juego, o es mejor que le busquen otro equipo. O se juega como él cree o no se calza ni las botas. Argentina se pondrá hoy en manos de este futbolista maniqueo para medirse a Serbia en un partido que puede tener dos consecuencias: la clasificación para octavos o una pasión ante Holanda, semejante a la sufrida en el Mundial de 2002 contra Suecia. Así de extremista es el Mundial. Si no se gana, se pierde. Riquelme l...

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Riquelme ignora los puntos intermedios. O le odian o le levantan un monumento. O juega los 90 minutos o es mejor no ponerlo. O le rodean de los compañeros que se ajustan a su idea del juego, o es mejor que le busquen otro equipo. O se juega como él cree o no se calza ni las botas. Argentina se pondrá hoy en manos de este futbolista maniqueo para medirse a Serbia en un partido que puede tener dos consecuencias: la clasificación para octavos o una pasión ante Holanda, semejante a la sufrida en el Mundial de 2002 contra Suecia. Así de extremista es el Mundial. Si no se gana, se pierde. Riquelme lo sabe bien porque compite desde que nació, hace 27 años, en la villa Don Torcuato. Hoy en Gelsenkirchen, el heredero del 10 se pondrá la diadema de cacique para jugar el partido más importante de su vida.

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Pékerman conoce bien a Riquelme y esto es importante porque, de lo contrario, el seleccionador debería haber asistido a un cursillo intensivo. No será necesario. Pékerman sabe cómo tratarle porque el jugador integró el equipo que conquistó el Mundial Sub 20 de Malaisia. Este conocimiento supone asumir que el ritmo lo marca el futbolista y que para que todo salga bien hay que proporcionarle un ecosistema de acompañantes adecuados. Riquelme no es un negociador dúctil y hay ciertos jugadores que se ajustan a sus patrones desde hace años. Uno de ellos es Cambiasso, que lo acompañó en Malaisia en 1997. Precisamente Cambiasso no estará hoy en el equipo titular por decisión técnica. Pékerman debió actuar con mano izquierda para resolver la falta de control del juego que tuvo el medio campo argentino durante la segunda parte del partido contra Costa de Marfil. Ayer anunció su decisión de formar un cuarteto simétrico: Mascherano jugará solo como único cinco por delante de la defensa, Riquelme lo hará unos metros más arriba, como enganche, y en las bandas dispondrá a Luis González por la derecha y Maxi por la izquierda. La defensa, y el ataque con Saviola y Crespo, no se tocarán.

El técnico justificó los desajustes del primer partido en la inexperiencia: "Este plantel tiene sólo cuatro jugadores con experiencia en Mundiales, los demás son debutantes, por eso no podíamos pretender un funcionamiento ideal en el debut. Vamos a ir mejorando con el correr de los partidos".

Pékerman ocupa un banquillo tormentoso. Lo presiona el presidente de la AFA, Julio Grondona, lo alborota Maradona, anunciándose para su cargo y visitando la concentración de Núremberg cuando le da la gana, y lo termina de revolver la prensa y el entorno de Messi. Ayer, cuando le preguntaron si el joven prodigio debutará ante Serbia, el seleccionador se mostró tan enigmático como siempre, sabedor de que la gestión que haga de la estrella puede alterar el equilibrio de fuerzas de un vestuario suspicaz. "Hay que alejar a Messi de la presión de la titularidad", aseguró Pékerman.

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