Reportaje:Alemania 2006 | Argentina-Serbia y Montenegro

La medida de todas las cosas

Maradona ejerce un ascendiente sobre Argentina insólito para un ex jugador, mucho más que el de Pelé en Brasil o el de Beckenbauer en Alemania

Tras vencer a Costa de Marfil en su estreno mundialista (2-1), una tormenta de ideas bullía en la cabeza del seleccionador argentino, José Pékerman. Pero no se le olvidó una de las más importantes: "Agradezco a Maradona que haya venido y nos haya apoyado". Es un caso único en la historia del fútbol el ascendiente tan gigantesco de un ex jugador sobre su antigua selección. Mucho más que Pelé en Brasil. O Beckenbauer en Alemania. Y nadie se imagina a Paolo Rossi atreviéndose a llamar a la puerta de Marcello Lippi 20 minutos antes de la cita ante Ghana. Maradona puede presentarse cuando le plazca...

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Tras vencer a Costa de Marfil en su estreno mundialista (2-1), una tormenta de ideas bullía en la cabeza del seleccionador argentino, José Pékerman. Pero no se le olvidó una de las más importantes: "Agradezco a Maradona que haya venido y nos haya apoyado". Es un caso único en la historia del fútbol el ascendiente tan gigantesco de un ex jugador sobre su antigua selección. Mucho más que Pelé en Brasil. O Beckenbauer en Alemania. Y nadie se imagina a Paolo Rossi atreviéndose a llamar a la puerta de Marcello Lippi 20 minutos antes de la cita ante Ghana. Maradona puede presentarse cuando le plazca a saludar a los muchachos antes del encuentro, acudir por sorpresa de visita al hotel de concentración del equipo o anunciar que jugará un partidito con los seleccionados cualquier día de éstos. También puede proclamar que un día será seleccionador después de haberse exaltado en la tribuna como un barra brava para animar a su selección. A Diego no se le discute, se le ama.

Ante Serbia, Lucho González, volante derecho del Oporto, relevará a Cambiasso
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Tampoco se atreve nadie a llevarle la contraria, al menos públicamente. Y menos que nadie el seleccionador, que sabe que si el dedo pulgar de Maradona se inclinara hacia abajo, tendría serios problemas para seguir en el cargo. Hace un mes, preguntado por Pékerman, Maradona respondió con frialdad: "Si vence el Mundial, merece un monumento. Si lo hace mal, le cortaremos la cabeza".

"Maradona no es una persona cualquiera...", reza la canción de Andrés Calamaro y así lo entienden los 23 argentinos escogidos para el Mundial. También sus estrellas, que no tienen celos de Diego. Riquelme, Crespo y Messi saben que no pueden competir con él. Sólo esperan una mirada amable del mito. Un comentario cariñoso. Una sonrisa. Idolatrado hasta por los argentinos que se cambiaron de bando. Como Camoranesi, que juega con Italia tras haberse nacionalizado. Y declara: "Nunca habrá uno como él. Es inalcanzable".

Desde su retirada, a Maradona se le ha pedido repetidas veces que designe a su sucesor. Y él entra en este juego unas veces hablando bien de Aimar y otras de Riquelme, aunque nadie ha acaparado tantos elogios como Messi. "No es sólo bueno, es especial. Tiene una velocidad más que el resto", ha dicho el diez sobre el joven delantero del Barcelona. A la edad de Messi, los 18 años, Maradona ya había dado algunos pasos más: se había proclamado campeón del mundo juvenil con una actuación impactante en Japón, en 1979. Ahora, Diego y Messi han compartido un anuncio publicitario para una marca de electrodomésticos. La cámara los enfoca mientras estampan su firma en un televisor. "Mirad quiénes firman: son los mejores".

De momento, Diego tendrá que esperar para ver en directo a su esperado heredero. Pékerman pretende que Messi, que el martes sufrió una contusión en un entrenamiento, se vaya incorporando al equipo a medida que éste avance en el torneo. "No podemos asegurar nada y crear expectativas. En cada entrenamiento lo vamos viendo superarse, recuperar su forma y cada vez está mejor. Estamos agradecidos por el esfuerzo que ha hecho para estar con nosotros", dijo ayer Pékerman en alusión a la lesión que ha apartado a Messi del juego en los últimos meses. Hoy, ante Serbia y Montenegro en Gelsenkirchen, Pékerman sólo introduce una novedad respecto al encuentro anterior: Lucho González, volante derecho del Oporto, de 25 años. El sacrificado será Cambiasso. El entrenador no está satisfecho de cómo mezclaron Cambiasso y Mascherano como mediocentros ante Costa de Marfil. La entrada de Lucho supondrá que Maxi se cambie al interior izquierdo y que Riquelme juegue de enganche arrancando desde el centro. Saviola y Crespo siguen siendo los elegidos en la delantera pese a que esperan su oportunidad en el banquillo nada menos que Messi y Tévez, si bien esté último padeció ayer una infección estomacal.

Después de ensalzar a su capitán Sorín - "los rivales saben que cuando él juega, tienen que preocuparse"-, Pékerman defendió la manera de jugar de Argentina ante Costa de Marfil, tras haber sido criticado por presentar un combinado de escasa creatividad: "El fútbol para mí siempre es el mismo. Tengo la expectativa sobre este equipo desde el análisis, no sólo desde el deseo. En el debut, tuvimos un gran rendimiento en la parte defensiva sosteniendo a jugadores muy peligrosos de Costa de Marfil. Es cierto, nos faltó volumen. Pero lo bueno es que nunca perdimos la calma". El preparador argentino no se fía del mal arranque de Serbia, que perdió 1-0 ante Holanda. "No es solamente Kezman, Milosevic y Djordjevic. Tiene jugadores con muy buen corte físico y que le pegan muy bien a pelota parada". En la grada del estadio de Gelserkirchen habrá un aficionado muy especial. No es una persona cualquiera. Es la medida de todas las cosas para el fútbol argentino. Es Maradona.

Maradona, en la grada el día del Argentina-Costa de Marfil.REUTERS

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