Crónica:Alemania 2006

Ljungberg derriba el muro

Un cabezazo del sueco a un minuto del final elimina a una Paraguay demasiado defensiva

Un gol de Ljungberg de cabeza en el minuto 88 de partido mandó a Paraguay a casa y deja a Suecia en condiciones incluso de quedar primera del grupo, si gana a Inglaterra en el último encuentro. Hasta Trinidad y Tobago tendría posibilidades si gana a Paraguay y Suecia pierde por varios goles con Inglaterra. El resultado de ayer en el estadio Olímpico de Berlín fue justo. Suecia tuvo dos ocasiones clarísimas de gol en la segunda parte. Otras dos veces el buen árbitro eslovaco Lubos Michel cortó avances suecos con posibilidades de gol por dudosos fuera de juego.

El estadio Olímpico de Berl...

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Un gol de Ljungberg de cabeza en el minuto 88 de partido mandó a Paraguay a casa y deja a Suecia en condiciones incluso de quedar primera del grupo, si gana a Inglaterra en el último encuentro. Hasta Trinidad y Tobago tendría posibilidades si gana a Paraguay y Suecia pierde por varios goles con Inglaterra. El resultado de ayer en el estadio Olímpico de Berlín fue justo. Suecia tuvo dos ocasiones clarísimas de gol en la segunda parte. Otras dos veces el buen árbitro eslovaco Lubos Michel cortó avances suecos con posibilidades de gol por dudosos fuera de juego.

El estadio Olímpico de Berlín fue ayer una marea amarilla. Los suecos invadieron Berlín y se hablaba de casi 100.000 peticiones de entradas desde el vecino país del que se llega a Alemania en un trasbordador. Ante las hordas vikingas los paraguayos, que viven a más de 10.000 kilómetros de Alemania, estaban en franca minoría.

RESULTADO

SUECIA 1 - PARAGUAY 0

Al inicio del partido Suecia llegó con claridad a las proximidades del área paraguaya. Los defensas paraguayos sacaron a relucir la segadora en busca de los tobillos suecos. El árbitro dejó claro muy pronto que no iba a pasar ni una y a los tres minutos ya había sacado una amarilla al defensa paraguayo Cañiza por una fuerte entrada al centrocampista sueco Ljungberg. En tres minutos los paraguayos aplicaron la estrategia de la furia guaraní y ya habían realizado tres entradas terroríficas. Suecia respondió con un fútbol rústico de patadón hacia adelante a ver qué pasa. Cuando los suecos entraban por los extremos,Wilhelmsson por la derecha y Ljungberg por la izquierda, daban más sensación de ser capaces de practicar un fútbol moderno. Enfrente Paraguay respondía con un equipo bien armado y muy bien ubicado sobre la pradera. Dos líneas defensivas, los cuatro centrocampistas al mando del Toro Acuña y los cuatro defensas en línea. Son gente avezada en defensa con experiencia en Ligas muy competitivas. Delante Santa Cruz y Valdez en espera de que llegara algo. Lo que no ocurrió. El mayor peligro de Paraguay surgía de las subidas por la banda del defensa de Estudiantes de La Plata Núñez al que ningún sueco parecía encargado de frenar.

Eran dos estrategias similares. Suecia jugaba a base de lanzar el balón hacia adelante con la esperanza de que lo pescaran alguno de sus delanteros Larsson e Ibrahimovic, que demostraron que no se encuentran en su mejor momento. Larsson estuvo muy controlado por los defensas paraguayos y jugó muy por debajo de su nivel en el Barça. Ibrahimovic continuó en su línea nefasta ya puesta de manifiesto la pasada temporada en el Juventus y en el descanso no salió. Lo sustituyó Albäck que intervino en las dos ocasiones claras de gol de Suecia. La ineficacia y nulidad de Ibrahimovic quedó de manifiesto cuando en la segunda parte se quedó en la caseta y Albäck lo sustituyó. Con el cambio Suecia ganó, libre ya de la Ibrahimovic-dependencia y Larsson jugó más a gusto.

Paraguay por su parte intentaba también llegar a sus puntas, Santa Cruz y Valdez, pero con poco éxito. Apenas produjeron situaciones de peligro. Durante todo el partido los suecos estuvieron más cerca del gol, pero Suecia parecía condenada a repetir la experiencia negativa de su partido inaugural contra Trinidad y Tobago. Albäck falló un gol hecho cuando salvó al portero paraguayo Bobadilla y a puerta vacía dejó que el defensa Cañiza salvara lo imposible.

En ocasiones el partido fue un ir y venir por la pradera y la hinchada sueca se empeño en poner de manifiesto que eran más expertos en el consumo de cerveza que en el disfrute del fútbol. Expresión palpable de este hecho a los 20 minutos de partido cuando la hinchada amarilla se puso a practicar ese siniestro invento que el Mundial de México aportó al fútbol en 1986: hacer la ola.

Larsson y Gamarra luchan por un balón aéreo.EFE

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