Zidane y Henry se rinden a Ribéry, que hace dos años jugaba en Tercera
Zinedine Zidane, capitán de la selección francesa, aseguró ayer que el joven centrocampista de 23 años Franck Ribéry, que hoy será titular ante Suiza, "se convertirá en alguien importante en el fútbol". Thierry Henry, el delantero del Chelsea se ha declarado "un fan absoluto" de Ribéry. Los dos máximos iconos del fútbol francés, y estrellas relevantes del fútbol mundial, se han entregado a un joven centrocampista sin experiencia internacional que hace dos años jugaba en Tercera División, en un desconocido club de Metz llamado Stade Brestois 29.
Hoy es un futbolista apoyado por las estre...
Zinedine Zidane, capitán de la selección francesa, aseguró ayer que el joven centrocampista de 23 años Franck Ribéry, que hoy será titular ante Suiza, "se convertirá en alguien importante en el fútbol". Thierry Henry, el delantero del Chelsea se ha declarado "un fan absoluto" de Ribéry. Los dos máximos iconos del fútbol francés, y estrellas relevantes del fútbol mundial, se han entregado a un joven centrocampista sin experiencia internacional que hace dos años jugaba en Tercera División, en un desconocido club de Metz llamado Stade Brestois 29.
Hoy es un futbolista apoyado por las estrellas, jaleado por el público y pretendido por el Olympique de Lyón, que presumiblemente se lo arrebatará al Marsella, según ha asegurado el presidente de los leones, Jean Michael Aulas. "Ribéry respira la alegría de vivir y la transmite a los demás" afirmó Zidane. "Es muy fuerte y eso se nota", añadió. Zidane está convencido de que el centrocampista "aportará mucho [a la selección francesa]. Lo que él hace ahora no me sorprende y por eso creo que llegará a ser alguien importante en el fútbol", añadió. Zidane negó sin embargo que le hubiera protegido especialmente. En su opinión no ha hecho falta "porque todo el mundo le ha aceptado muy bien".
A sus 23 años, Ribéry, con un aspecto de chico travieso que en cierto modo le envejece, ya sabe lo que es buscarse la vida. Estuvo seis meses cedido en el Galatasaray turco antes de recalar en Marsella. En la Liga francesa, fue elegido el mejor jugador. Con sólo 54 minutos en la selección, el público coreó su nombre ante México y le jaleó como a un ídolo. Sólo jugó 19 minutos y ya era una estrella.