Reportaje:

Maradona regatea en sala

El Pelusa juega un torneo de veteranos en Jerez y sigue siendo el líder de Argentina, aunque perdió con España, 7-4

Sentados en dos coquetas sillas de la recepción del hotel Montecastillo de Jerez de la Frontera, una pareja de argentinos definía la personalidad de Diego Armando Maradona a punto de dar las dos de la tarde: "No se le puede dejar solo". Hora y media antes, los medios de comunicación estaban convocados para una conferencia de prensa del astro argentino. No hubo tal. Fue un plante global, multiétnico, transoceánico. Periodistas franceses, japoneses, argentinos y españoles se dieron de bruces con el genio y figura del gran ídolo. El 10 argentino es el principal aliciente de la primera edic...

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Sentados en dos coquetas sillas de la recepción del hotel Montecastillo de Jerez de la Frontera, una pareja de argentinos definía la personalidad de Diego Armando Maradona a punto de dar las dos de la tarde: "No se le puede dejar solo". Hora y media antes, los medios de comunicación estaban convocados para una conferencia de prensa del astro argentino. No hubo tal. Fue un plante global, multiétnico, transoceánico. Periodistas franceses, japoneses, argentinos y españoles se dieron de bruces con el genio y figura del gran ídolo. El 10 argentino es el principal aliciente de la primera edición de la Copa del Mundo de fútbol en sala que disputan este fin de semana Holanda, Argentina, Brasil y España, como anfitriona. Futbolistas como Djalminha, los hermanos De Boer o Caniggia participan en este entretenimiento para veteranos.

Con una sonrisa forzada, uno de los responsables de la organización intentaba excusar a la estrella en su espantada: "Mejor meteros en la sala de prensa porque me han dicho que si os ve por aquí se agobia y no hablará". Ni el encierro forzoso de los fotógrafos y redactores surtió efecto. Mientras, los amigos argentinos seguían a lo suyo y empezaron a tirar de historia para matar el tiempo. Hablaron de aquellos torneos de tenis de Madrid a los que venía a jugar Guillermo Vilas, de la inauguración del Mundial de 1978 y de Mágico González. "Un salvadoreño que jugó aquí en el Cádiz. Hacía cosas impresionantes con el balón, al nivel de Maradona. Pero le faltaba orden mental", aseguró uno. La tertulia llegó a su fin sin rastro de El Pelusa. Rafa, un fotógrafo de Cádiz, no pudo completar su encargo. En su mochila llevaba una camiseta del Nápoles que volvió a la bolsa huérfana de autógrafo. Habría que esperar a la tarde, al torneo.

Y allí estaba. Su número de siempre, camiseta blanquiazul y el toque de balón casi intacto. "Quiere ganar a todo", dijo su compañero Caniggia, aunque ayer Argentina perdió con España, 7-4. Móviles, cámaras de fotos, de vídeo. Un muestrario de lo último en tecnología digital se dio cita en la instalación jerezana para guardar el recuerdo del paso de Maradona. Es el líder de su selección, el jugador que más tiempo pasa en el campo, el que decide cuándo irse al banquillo y cuándo volver. Pasan los años, pero "a Maradona no se le puede dejar solo".

Maradona, en el partido de ayer contra España. Detras de él, Alfonso.EFE

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