Vela | Odisea en la Vuelta al Mundo

Seis averías en siete etapas después de 30.000 millas sin roturas

Misterioso. El Movistar fue el único de los siete barcos que zarpó el 12 de noviembre de la bahía de Vigo después de haber navegado 30.000 millas de entrenamiento. Después de media vuelta al mundo. Sin una sola avería. Todo empezó a cambiar esa misma noche, ya el día 13. El Movistar anunció su retirada de la primera etapa tras colisionar con un objeto no identificado que afectó al timón y la quilla. Era el principio de la pesadilla. En la segunda etapa, sufrió un bloqueo del brazo hidráulico. En la tercera, el desprendimiento de la trampilla de la quilla, a pesar de lo cual ganó entre Melbourn...

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Misterioso. El Movistar fue el único de los siete barcos que zarpó el 12 de noviembre de la bahía de Vigo después de haber navegado 30.000 millas de entrenamiento. Después de media vuelta al mundo. Sin una sola avería. Todo empezó a cambiar esa misma noche, ya el día 13. El Movistar anunció su retirada de la primera etapa tras colisionar con un objeto no identificado que afectó al timón y la quilla. Era el principio de la pesadilla. En la segunda etapa, sufrió un bloqueo del brazo hidráulico. En la tercera, el desprendimiento de la trampilla de la quilla, a pesar de lo cual ganó entre Melbourne y Wellington. En la cuarta, el mismo desprendimiento, pero agravado con una vía de agua que casi hundió el barco antes del cabo de Hornos. La quinta la pasó sin problemas. En la sexta, un rotura del winche, el molinillo para manejar las velas. En la séptima, una rotura en la unión de la quilla con el casco. Total, seis averías en siete etapas. Todas las miradas se dirigen al diseñador, el australiano Bruce Farr, que ha elaborado también los veleros del Piratas, el Ericsson y Brasil.

"Farr es el número 1 y sus barcos han ganado las últimas cuatro vueltas al mundo", dijo ayer Pedro Campos, director del Movistar. "Lo que es sospechoso es que los cuatro barcos de Farr han sido construidos en astilleros diferentes", añade. Las averías se han focalizado en la quilla: pieza inferior que sirve de contrapeso a la inclinación del barco ocasionada por el viento. Se trataba de un experimento: una quilla basculante más ligera que las de anteriores ediciones y que se inclinaba hasta 40 grados.

"En el conjunto quilla-casco hay algún tipo de problema de diseño. Ha sido el talón de Aquiles del proyecto, y nos ha costado la retirada de varias etapas a los cuatro barcos. El diseño de alta tecnología siempre es complicado. Pensamos en reclamar de forma conjunta y se está estudiando, aunque por ahora vamos a esperar. Si se puede pedir una compensación, lo haremos", agrega Campos.

¿Volverá a intentarlo dentro de cuatro años? "Si fuera por la tripulación, de cabeza. Hemos sido el equipo que más regatas costeras ha ganado y la tripulación ha hecho todo lo posible", concluye.

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