Laure Manaudou bate el récord de 400 libres de Janet Evans

Lo dijo hace un año uno de los ideólogos de la natación francesa contemporánea, el director técnico nacional Claude Fauquet: "Laure Manaudou no tiene límites". Ayer, la perla de su equipo rompió otra barrera. No se trató de un simple récord mundial. La marca que pulverizó fue el segundo récord mundial más antiguo de la natación femenina, los 400 metros libres que Janet Evans nadó en 4m 03,85s en septiembre de 1988. Ayer, en los Campeonatos de Francia que se celebran en Tours, Manaudou tocó la pared cuando el cronómetro señalaba 4m 03,03s.

Los récords de Evans en 400 y 1.500, ambos de 19...

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Lo dijo hace un año uno de los ideólogos de la natación francesa contemporánea, el director técnico nacional Claude Fauquet: "Laure Manaudou no tiene límites". Ayer, la perla de su equipo rompió otra barrera. No se trató de un simple récord mundial. La marca que pulverizó fue el segundo récord mundial más antiguo de la natación femenina, los 400 metros libres que Janet Evans nadó en 4m 03,85s en septiembre de 1988. Ayer, en los Campeonatos de Francia que se celebran en Tours, Manaudou tocó la pared cuando el cronómetro señalaba 4m 03,03s.

Los récords de Evans en 400 y 1.500, ambos de 1988, resistieron durante 18 años a los embates de las alemanas orientales y las chinas, cuyos prodigios no han podido escapar a las suspicacias. Los casos crónicos de dopaje en la República Democrática Alemana y en China empañaron muchas marcas, pero la de Evans nunca estuvo bajo sospecha. Permaneció insuperada durante cuatro Olimpiadas. Hasta ayer, cuando Manaudou se lanzó a la piscina. "No me di cuenta de nada", dijo al salir del agua; "estaba estresada con todo lo que se ha escrito de mí y no pensaba en conseguir este tiempo".

Manaudou se marchó de los Juegos de Atenas con un oro (400), una plata (800) y un bronce (100 espalda). Su éxito deportivo la convirtió en un personaje público en Francia y acusó la presión con una crisis nerviosa que tardó en sobrellevar. El año pasado se presentó a los Mundiales de Montreal con los nervios destrozados, demasiado sensible a los juicios que hacía de ella la prensa. Abandonó la competición tras colgarse el oro en 400.

En Tours la nadadora se ha dedicado a experimentar. Posee un talento extraordinario que ejercita con soltura, ayudada por un físico portentoso. El martes pasado se metió en aguas extrañas. Nadó los 400 metros estilos en 4m 40,06s, seis segundos menos que el récord francés precedente. Ahora ya sabe que en los próximos Europeos de Budapest podrá competir por más metales que de costumbre.

Laure Manaudou.AP

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