Crónica:Fútbol | Cuartos de final de la Copa de la UEFA

El Sevilla aprende a resolver en Europa

Los de Juande Ramos sobreviven a casi una hora de pájara y se imponen con autoridad al Zenit

Es curioso como las camisetas y los escudos pueden hacer de uno un gigante y casi al instante dejarlo como si hubiera pasado por las manos de un brujo jíbaro. El Sevilla conmemoraba ayer el 60 aniversario de la consecución de su único título liguero. Además, saltó al campo creyéndose superior al conjunto ruso. Y siéndolo.

En el primer cuarto de hora, le pegaron un señor baile de fútbol a los de San Petersburgo. El Zenit se plantó con una línea de tres centrales, sus correspondientes carrileros y tres futbolistas de experiencia y toque en el centro. En la punta habitaban sus mejores juga...

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Es curioso como las camisetas y los escudos pueden hacer de uno un gigante y casi al instante dejarlo como si hubiera pasado por las manos de un brujo jíbaro. El Sevilla conmemoraba ayer el 60 aniversario de la consecución de su único título liguero. Además, saltó al campo creyéndose superior al conjunto ruso. Y siéndolo.

En el primer cuarto de hora, le pegaron un señor baile de fútbol a los de San Petersburgo. El Zenit se plantó con una línea de tres centrales, sus correspondientes carrileros y tres futbolistas de experiencia y toque en el centro. En la punta habitaban sus mejores jugadores, dos pequeños, rápidos y listísimos delanteros. Pero esto se vio y se padeció más tarde. En los primeros minutos el Sevilla fue un aluvión de movimiento de desmarques, pases y penetraciones por las bandas. Principalmente por la derecha, donde Sales, no es que hiciera olvidar a Navas, pero sí que jugó cerca del nivel que se espera de él. Con Kanouté y Saviola enfrente, el trío de centrales del equipo ruso, malvivía ya que les podían atacar por el cielo o por el suelo indistintamente. Saviola disfrutó de la situación y a los cinco minutos, se deshizo de Krizanac con un sombrero dentro del área y pegó un pepinazo que aún nadie se explica cómo pudo pararlo el portero ruso. Tres minutos después, Malafeev sacó otro balón imposible tras un cabezazo de Escudé tras el saque de un córner. El argentino no podía sentirse más a gusto. Hasta parecía más alto. Tras recortar a uno de los centrales rusos hasta tres veces, estuvo de nuevo cerca del gol. Y éste llegó. Además, muy a su estilo. El menudo argentino se las arregló para robarle a los tres centrales rusos el balón rebotado tras un saque de córner y, con la cabeza, envió la pelota a la red. El estadio estalló de júbilo, los jugadores se sentían más cerca que nunca de la proeza y el equipo se desplomó.

SEVILLA 4 - ZENIT 1

Sevilla: Palop; Martí (Maresca, m. 76), Javi Navarro, Escudé, David; Sales, Renato, Jordi (Blanco, m. 80), Adriano (Puerta, m. 64); Kanouté y Saviola.

Zenit: Malafeev; Anyukov, Skrel, Hagen, Krizanac, Sirl (Mares, m. 76); Sumulikoski (Gorskov, m. 89), Radimov, Denisov (Spivac, m. 29); Arrshavin y Kerzhakov.

Goles: 1-0. M. 16. Saviola, de cabeza. 1-1. M. 45. Kerzhakov bate a Palop de un espléndido disparo. 2-1. M. 55. Martí, de penalti. 3-1. M. 80. Saviola, de tiro cruzado. 4-1. M. 93. Adriano aprovecha un despeje en corto de Malafeev.

Árbitro: Alain Hamer (Luxemburgo). Amonestó a Sumulikoski, Martí, Anyukov y Palop. Y expulsó a Hage y a Arshavin (m. 90).

Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

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Lo que antes había sido control y buen fútbol, de repente, cuando todo pintaba mejor que nunca, pasó a ser un festival de miedos, inseguridades varias y complejos redivivos. El conjunto ruso aprovechó la ocasión de la mano de la experiencia y el manejo del tiempo de Radimov y Denisov. El dibujo de los rusos comenzó a tener sentido. Los carrileros daban profundidad en el ataque y superioridad en la defensa. Con triangulaciones cortas y regates y desmarques a la velocidad de la luz, el Zenit dominó todos los aspectos del encuentro. Kerzhakov le buscaba constantemente la espalda a Martí, lateral derecho de circunstancias ayer por la sanción de Alves. En una de esas, el habilidoso punta vio un hueco y pegó un zapatazo que se coló por la escuadra izquierda de la portería de Palop.

La segunda mitad pintaba negrísima. Y comenzó casi igual que acabó la anterior. De repente, apareció Renato y le puso una magnífica pelota en profundidad a Kanouté -otro que no se sabía muy bien si estaba jugando el partido-, Hagen le derribó cuando se colaba en el área y el árbitro pitó el correspondiente penalti y la expulsión del defensa. Martí marcó el gol y los sevillistas se volvieron a sentir gigantes, hacedores de historia. Eso sí, no con el brío y el acierto del inicio de la primera parte. Los rusos se conformaban con lo que tenían, pero el Sevilla estaba crecido, buscó el tercero y Saviola lo encontró tras controlar un pase de Maresca al borde área pequeña y batir al portero ruso con un chut raso. Y finalmente Adriano, ya en el tiempo recuperado, redondeó la goleada. Una goleada que deja al Sevilla más cerca de las semifinales de la Copa de la UEFA, una goleada que puede darle aún más pesos a esa camiseta y a ese escudo.

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