El Ayuntamiento de Barcelona abre 24 expedientes por los incidentes del Raval

La consejera de Interior admite que el sistema de coordinación entre cuerpos está en rodaje

El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto 24 expedientes sancionadores por los actos vandálicos del pasado fin de semana en las calles del Raval. La vía penal por los mismos hechos y los daños que sufrieron los comercios prosigue en los juzgados. Jordi Hereu, concejal de Seguridad, se mostró partidario en el pleno municipal de "aplicar criterios de orden público más claros" y "más contundentes" en situaciones como la vivida tras la convocatoria del botellón. Montserrat Tura, consejera de Interior, defendió la actuación de los Mossos, aunque apuntó que la coordinación entre cuerpos policia...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto 24 expedientes sancionadores por los actos vandálicos del pasado fin de semana en las calles del Raval. La vía penal por los mismos hechos y los daños que sufrieron los comercios prosigue en los juzgados. Jordi Hereu, concejal de Seguridad, se mostró partidario en el pleno municipal de "aplicar criterios de orden público más claros" y "más contundentes" en situaciones como la vivida tras la convocatoria del botellón. Montserrat Tura, consejera de Interior, defendió la actuación de los Mossos, aunque apuntó que la coordinación entre cuerpos policiales está en rodaje.

Más información

Los 24 expedientes abiertos por vía administrativa son contra otros tantos detenidos en los disturbios. En cada uno de ellos se imputa un acto concreto, precisaron fuentes del consistorio. Las mismas apuntaron que no hay menores involucrados en los hechos. La sanción máxima que se prevé es de 3.000 euros. El monto total de los daños que sufrió el mobiliario urbano, principalmente contenedores quemados, se calculó en torno a 60.000 euros.

La convocatoria del botellón y los disturbios posteriores centraron ayer buena parte de la sesión del pleno del Ayuntamiento. La oposición municipal de Convergència i Unió (CiU) y el PP unieron sus voces en las proposiciones y preguntas presentadas en relación con los incidentes. Criticaron la falta de coordinación de la Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra y lo que ellos consideran una actitud "permisiva" del tripartito ante algunos fenómenos urbanos como los grupos organizados que actúan con violencia. "Ha sido un desastre", enfatizó Xavier Trias, presidente del grupo municipal de CiU. "En esta ciudad los okupas y radicales campan a sus anchas", terció Alberto Fernández Díaz, líder del PP.

Hubo fallos que hay que evitar en el futuro, pero no es para dramatizar las cosas. Ésta vino a ser la respuesta de los diferentes grupos del tripartito. En su descargo, Hereu recordó que el nuevo sistema de seguridad de la ciudad -en referencia a la colaboración entre los Mossos y la Guardia Urbana- lleva "sólo cuatro meses" funcionando. "Tomaremos muy buena nota de lo que no ha funcionado bien y a partir de ahora se aplicarán criterios de orden público más claros". El edil de Vía Pública admitió fallos entre los cuerpos, "pero ahora, por lo menos, trabajamos conjuntamente, porque hace años llamábamos y no venían". Hereu se refería de esa manera indirecta al Cuerpo Nacional de Policía.

Los dos socios del alcalde, Joan Clos -Imma Mayol (Iniciativa per Catalunya) y Jordi Portabella (Esquerra Republicana)-, reconocieron los fallos policiales y la necesidad de mejorar la coordinación policial, pero rechazaron la relación que en muchas ocasiones establece el PP -y CiU, en menor medida- entre grupos juveniles y violentos. "Es una barbaridad", resumió Mayol, quien se felicitó de que el botellón sea una fórmula que no ha arraigado en Barcelona. Otra cosa es que los jóvenes busquen o quieran otras fórmulas de disfrute del espacio público, apuntó Portabella.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tura discrepa

En una segunda ronda de intervenciones, Fernández Díaz calificó la postura y argumentos de Mayol de "bucólica y pastoril" a lo que la afectada le replicó que prefería parecer "pastoril" que "fachenda".

Mientras el consistorio daba vueltas sobre los incidentes, la consejera de Interior, Montserrat Tura, volvió a defender la actuación de los Mossos. "Si no pensase que los Mossos actuaron bien, ya habría adoptado decisiones con las personas que mandaban los efectivos, pero lo que quiero resaltar es que aquello era muy difícil de gestionar y por eso me sorprende que se diga desde uno y otro lado [Guardia Urbana y Mossos] que lo habrían hecho mejor".

Tura recordó que antes del despliegue de los Mossos d'Esquadra, que se hizo efectivo el pasado 1 de noviembre, ya explicó que lo que más le preocupaba de Barcelona no era la delincuencia, sino el orden público. En el caso concreto del Raval, recordó que no era previsible el grado de violencia que mostraron los manifestantes, que llegaron a desmontar andamios y a asaltar una tienda de congelados para utilizar esos productos como "proyectiles contra la policía".

En esa línea discrepó del criterio expresado por el Ayuntamiento de Barcelona de que ese grupo de violentos es el mismo que han provocado graves disturbios en otras ocasiones. "Si miran las nacionalidades, entenderán que no, que hay de todo, y la explicación es que al día siguiente había una concentración de grupos anarquistas radicales de toda Europa en Barcelona que se desarrolló sin incidentes", añadió.

Tura no quiso entrar a analizar las críticas realizadas en los últimos días por el Ayuntamiento de Barcelona a la policía autonómica y reclamó que "las críticas se hagan donde se tengan que hacer, no en público". En este sentido, explicó que ya ha hablado de lo ocurrido con Joan Clos, aunque declinó explicar si había llegado a algún tipo de acuerdo para mejorar la coordinación entre la Guardia Urbana de la ciudad y la policía autonómica. Esa falta de coordinación prevista en el protocolo de colaboración que en su día firmaron ambos cuerpos es uno de los reproches que el consistorio ha realizado al Departamento de Interior en los últimos días, más allá de los incidentes del Raval. "Es un sistema que necesita rodaje, pero que es muy bueno. Tanto, que lo volvería a firmar", zanjó la consejera.

Archivado En