Valverde y Astarloa, invitados sorpresa

A veces, cuando se siente didáctico, Eusebio Unzue habla con Alejandro Valverde. "Cómo podría hacerte comprender lo que te cambiaría la vida ganar una gran clásica", dice el director del Caisse d'Épargne a su crack para motivarle; "y podrías empezar por la Milán-San Remo. Que sí, que la puedes ganar. Mira Freire". "Claro", le responde Valverde; "pero la Milán-San Remo...".

A Igor Astarloa, campeón mundial en 2003, nadie le tiene que explicar lo que es una gran clásica, lo que significa ganarla. Es su vocación. Hace poco se impuso en la Milán-Turín: "Pero nada que ver. La Milán-Sa...

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A veces, cuando se siente didáctico, Eusebio Unzue habla con Alejandro Valverde. "Cómo podría hacerte comprender lo que te cambiaría la vida ganar una gran clásica", dice el director del Caisse d'Épargne a su crack para motivarle; "y podrías empezar por la Milán-San Remo. Que sí, que la puedes ganar. Mira Freire". "Claro", le responde Valverde; "pero la Milán-San Remo...".

A Igor Astarloa, campeón mundial en 2003, nadie le tiene que explicar lo que es una gran clásica, lo que significa ganarla. Es su vocación. Hace poco se impuso en la Milán-Turín: "Pero nada que ver. La Milán-San Remo...".

"Para ganar la Milán-San Remo tendría que ser capaz de arrancar solo en el Poggio e irme", dice Valverde, que lo intentará. "No sé, no sé", expone Unzue; "con características para romper en el Poggio sólo hay un corredor, Bettini. Y tanto Valverde, que, pese a ser muy rápido, no se maneja bien en sprints masivos, como Astarloa necesitarían una selección muy fuerte".

Un periodista de la RAI le pregunta a José Miguel Echávarri, otro director del Caisse d'Épargne, si Valverde puede ganar hoy. "Si me lo preguntas dentro de un mes, ante la Lieja-Bastogne-Lieja, te responderé que sí".

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