Fútbol | 27ª jornada de Liga

"¡Otra vez, otra vez, Valdés!"

Hasta ahora, sólo el Atlético ha ganado al Barça por juego. El resto de los equipos, ante la superioridad azulgrana, se tienen que encomendar a su mejor versión y esperar algún error ajeno. Si no, el Barcelona sigue siendo una máquina prácticamente imbatible. Pero el margen de los fallos es en la mayor parte de las ocasiones insondable. Ayer, a Valdés le tocó volver a ser protagonista por sus deméritos y no por sus paradas. A balón parado, como contra el Deportivo y el Chelsea en Londres, se mostró temblón contra Osasuna.

Ambos equipos apenas se habían tanteado, con más insistencia por ...

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Hasta ahora, sólo el Atlético ha ganado al Barça por juego. El resto de los equipos, ante la superioridad azulgrana, se tienen que encomendar a su mejor versión y esperar algún error ajeno. Si no, el Barcelona sigue siendo una máquina prácticamente imbatible. Pero el margen de los fallos es en la mayor parte de las ocasiones insondable. Ayer, a Valdés le tocó volver a ser protagonista por sus deméritos y no por sus paradas. A balón parado, como contra el Deportivo y el Chelsea en Londres, se mostró temblón contra Osasuna.

Ambos equipos apenas se habían tanteado, con más insistencia por parte local, cuando surgió una falta intrascendente en la línea de los tres cuartos diestra. Delporte se cambió de banda para botarla, algo poco usual, y coló el balón en la zona de remate muy templado y cerradito, como mandan los cánones. Valdés se desgañitó para que sus defensores le dejasen alcanzar el cuero y todos se agacharon para que no encontrara obstáculos en su camino. Solo, con un salto limpio, el meta trató de atrapar la pelota, pero ésta, caprichosa, le resbaló entre los dedos y acabó en las botas de Valdo, que no perdonó el yerro y voleó a la red.

A partir de ese momento, la afición del Reyno de Navarra castigó a Víctor Valdés con mofas y chanzas. "Otra vez, otra vez, otra vez, Valdés", cantaba el estadio ante el desfigurado cancerbero. No es la primera vez que al portero azulgrana le corresponde el triste papel de protagonista. Contra el Valencia, un error de entendimiento con Gio propició que Villa, siempre cicatero en el área, se adelantase y marcase un gol. De igual forma se escribió en el partido que enfrentó a ambos equipos en la primera vuelta, en el Camp Nou. En aquella ocasión, otro error del meta en un intento de despeje, golpeó en la espalda del delantero asturiano y se coló entre las mallas.

La cantinela peyorativa contra el jugador de L'Hospitalet no cejaba y, de nuevo a balón parado, el cancerbero se mostró dubitativo, tal vez algo incómodo por el fuerte viento que soplaba y por los nervios de su error y del resultado. "Ha sido una jugada desgraciada en un partido muy trabado", certificó el propio Valdés. "Un centro al segundo palo..., y puede que el viento haya dejado el balón mucho rato arriba".

Valdés pasó una mala noche con el juego físico de Osasuna y el viento de Pamplona. Tras el gol, calculó mal en otra salida y se dio de bruces con Puñal. Osasuna remató el partido en el segundo tiempo cuando Milosevic se dejó caer clamorosamente delante de Edmilson en el área. Con una oportunidad de oro en su haber para enmendar su error, se situó Valdés bajo los palos. Pero no falló el capitán de Osasuna, Puñal, quien aguardó al movimiento del meta para golpear plano y colocar el balón en el centro de la portería a media altura, lejos de Valdés, fallón con las manos después de que contra el Valencia errara con los pies. Valdés la pifió anoche de la misma manera que fue decisivo en el uno contra uno ante el Deportivo. El puesto de portero siempre fue muy delicado en el Barça.

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