Fútbol | Liga de Campeones

Un herido y ocho escoceses detenidos tras los incidentes

Unos 10.000 escoceses inundaron las calles de Vila-real, Valencia y Alicante, y los incidentes se sucedieron. Muchos viajaron sin entrada para el encuentro. La espera, claro, estuvo salpicada de alcohol. En Benidorm, la policía detuvo a ocho aficionados que se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, hirieron levemente a cinco agentes y causaron heridas menores a otras personas. Unos 600 hinchas se reunieron en la localidad alicantina y los más violentos lanzaron piedras, vasos y botellas a la policía, así como mesas y sillas de establecimientos, y provocaron daños a varios vehículos. Los dueño...

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Unos 10.000 escoceses inundaron las calles de Vila-real, Valencia y Alicante, y los incidentes se sucedieron. Muchos viajaron sin entrada para el encuentro. La espera, claro, estuvo salpicada de alcohol. En Benidorm, la policía detuvo a ocho aficionados que se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, hirieron levemente a cinco agentes y causaron heridas menores a otras personas. Unos 600 hinchas se reunieron en la localidad alicantina y los más violentos lanzaron piedras, vasos y botellas a la policía, así como mesas y sillas de establecimientos, y provocaron daños a varios vehículos. Los dueños de los locales dieron la voz de alarma. "Los seguidores más radicales, en estado de embriaguez, opusieron una fuerte resistencia", dijeron fuentes policiales. Como resultado, una persona fue ingresada en el Hospital de La Vila Joiosa.

En el centro de Valencia, unos 50 seguidores con cervezas y botellas de vino se reunieron cerca de sus hoteles en la noche del lunes. Los vecinos protestaron por el ruido y avisaron a la policía, que intentó disolver los pequeños grupos. También en Vila-real se produjeron altercados. El autobús del Villarreal fue apedreado y sufrió la rotura de una de sus lunas.

Los seguidores del Glasgow casi se sintieron como en casa ante el enfado del presidente Fernando Roig. Además de las 4.000 entradas que el club castellonense puso a disposición de los seguidores del Rangers, acotados en una esquina del estadio, unos 2.000 más pudieron ver el partido en directo. Funcionó la reventa, y las medidas para fomentar el apoyo de la afición local se volvieron en contra. Cada socio del Villarreal podía retirar dos entradas más al mismo precio que les costaba retirar su pase. Es decir, desde 15 hasta 30 euros. Los socios del Villarreal ejercieron su derecho, pero de manera pícara para revender la entrada en muchos casos. Hasta 300 euros se pagaron por las de las zonas de los fondos, donde habitualmente se sitúa la gente joven, cuyo pase anual cuesta la mitad. Por una tribuna se ofrecían hasta 800 euros. De nada sirvió que cada socio que retirase las entradas tuviera que presentar su documentación. El ambiente resultó ambiguo en El Madrigal. El Villarreal llegó al estadio en medio de un gentío vestido de azul, y el equipo fue abucheado a la salida al campo.

Por otra parte, ni Josico ni Tacchinardi podrán jugar la ida de los cuartos por sanción. "No hemos tocado techo. Esto es histórico, pero no estamos conformes. Buscamos las semifinales", dijo Pellegrini tras el partido.

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