Necrológica:

José Iranzo Almonacid, 'Anzo', pintor

Mantuvo relación con los movimientos renovadores del arte valenciano

La vocación artística de Anzo se manifestó a edad muy temprana. Con ocho años, instalado ya con su familia en el barrio de Sant Bult de Valencia, se vio influido por un imaginero que ocupaba uno de los bajos del edificio familiar. Los trozos de papel de estraza y los bloques de barro que le sobraban, aquel imaginero se los regalaba al joven Anzo, que subía con esos tesoros al porche de su casa, que se convirtió así en su primer estudio. En el colegio de los Escolapios, donde estudia el Bachillerato gracias a una beca, Anzo da a conocer sus primeras obras: la ilustración del diario mural...

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La vocación artística de Anzo se manifestó a edad muy temprana. Con ocho años, instalado ya con su familia en el barrio de Sant Bult de Valencia, se vio influido por un imaginero que ocupaba uno de los bajos del edificio familiar. Los trozos de papel de estraza y los bloques de barro que le sobraban, aquel imaginero se los regalaba al joven Anzo, que subía con esos tesoros al porche de su casa, que se convirtió así en su primer estudio. En el colegio de los Escolapios, donde estudia el Bachillerato gracias a una beca, Anzo da a conocer sus primeras obras: la ilustración del diario mural del centro escolar. Al terminar el bachiller, obtiene una beca para ingresar en San Carlos, pero su padre quiere que estudie "algo serio" y eso le lleva a preparar el ingreso en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Pero al mismo tiempo asiste a las clases de estructuras geométricas y decorativas en la Escuela de Arte y Oficios de Valencia, donde durante tres años consecutivos obtiene el premio de dibujo lineal y estructuras geométricas y decorativas.

En 1951 empieza a trabajar como profesor de matemáticas en una academia de Valencia y un año más tarde se desplaza a Palma de Mallorca para cumplir con el servicio militar. Destinado como dibujante en el Estado Mayor y con mucho tiempo libre, se dedica a recorrer la ciudad por las tardes para dibujarla. En 1954 se casa con Amparo Bas y un año después gana, por oposición, la plaza de dibujante técnico en la litografía Ortega. Esta época es fundamental para su obra, por el conocimiento que adquiere sobre técnicas de artes gráficas y de la imagen publicitaria. A los 28 años participa por vez primera en una exposición y logra su primer premio.

Su explosión artística se produce con la llegada de la década de los sesenta, con exposiciones colectivas e individuales y su relación con uno de los movimientos renovadores del arte valenciano, el Equipo Crónica. Sus composiciones en esos años, de clara geometría, derivaron hacia un lenguaje que le convirtió en uno de los introductores del pop-art en España Ahí empieza su serie Aislamientos, que traducen la inquietud de Anzo por representar al hombre contemporáneo aislado, atrapado en el mundo de las nuevas tecnologías. Las obras de Anzo reflejan la pérdida de sentido del hombre y la pérdida de su identidad. Esta idea se acentúa por medio de la utilización de las planchas de acero inoxidable, en donde la superficie es tratada con diversas técnicas, como el chorro de arena.

Con obras suyas colgadas en más de medio centenar de museos de todo el mundo, Anzo llevaba algunos años retirado del arte. La muerte de su esposa y otras circunstancias personales le sumieron en un proceso de introspección. Finalmente, una larga enfermedad acabó con su vida el pasado domingo. Ayer fue incinerado en Valencia.-

Anzo, en un autorretrato firmado en mayo de 1997.

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