Entrevista:EN POCAS PALABRAS | Roberto Rodríguez

"Ver la foto de alguien en mi situación debería dar qué pensar"

Roberto tiene 45 años, es de Oiartzun (Guipúzcoa), está casado, tiene dos hijos. Durante el coma soñaba que le perseguían para matarle.

Pregunta.
¿Qué pasó?

Respuesta. Un conductor tuvo un despiste, hizo un mal adelantamiento, invadió mi carril y chocamos frontalmente.

P. ¿Y después?

R. Estuve tres semanas en la UVI y tres meses sin poder hablar. Sólo recuerdo, y este es un sentimiento compartido con otros compañeros, que en ese tiempo tenía la sensación de que un médico me perseguía para matarme. Fue una experiencia malísima, da para es...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Roberto tiene 45 años, es de Oiartzun (Guipúzcoa), está casado, tiene dos hijos. Durante el coma soñaba que le perseguían para matarle.

Pregunta. ¿Qué pasó?

Respuesta. Un conductor tuvo un despiste, hizo un mal adelantamiento, invadió mi carril y chocamos frontalmente.

P. ¿Y después?

R. Estuve tres semanas en la UVI y tres meses sin poder hablar. Sólo recuerdo, y este es un sentimiento compartido con otros compañeros, que en ese tiempo tenía la sensación de que un médico me perseguía para matarme. Fue una experiencia malísima, da para escribir un libro.

P. ¿Qué fue lo primero que pensó al despertar?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

R. Que el que había tenido el accidente era mi hijo. No asimilaba que era yo, porque siempre me ha preocupado que a él le pudiera pasar algo así.

P. ¿Cuál fue el diagnóstico?

R. Tengo una lesión en las vértebras tres, cuatro y cinco. Soy tetrapléjico. He tenido algún avance, pero... mejorar está difícil. Tengo que aprender a vivir con esto.

P. ¿Sufre más usted o su familia?

R. Sufres por las dos partes; yo el hecho de ver a mi mujer constantemente conmigo, y el futuro que nos espera... He estado tres días en casa en Navidad y, sólo por el trabajo que di, ya estaba deseando volver aquí. Muchas veces que prefieres morirte a tener que dar ese trabajo a los demás.

P. ¿Se obsesiona con volver a un segundo antes del accidente?

R. No. Lo que cuesta es reconocer que te vas a quedar así. Piensas no es posible: 'Roberto; esto no te ha podido pasar a ti. Esto es un sueño y tienes que despertar'. Pero pasa un día y pasa otro; y es real. Mi terapia es llorar un poquito.

P. ¿Qué es lo que más se echa de menos?

R. Muchísimas cosas. Pero sobre todo poder moverme y caminar. Es que yo no puedo hacer absolutamente nada solo. A mí me pica una oreja o un ojo, y no puedo hacer nada. Es muy duro.

P. ¿Dónde encuentra consuelo?

R. Estoy en la habitación con dos compañeros que son parapléjicos, les veo mover una mano solamente, y daría la vida por mover una mano. Ellos me ven a mí y piensan: "Si Roberto está así...". Pero ellos son también inconformistas y darían la vida por mover una pierna. Y yo me doy cuenta de que hay otros peor, con respirador, sin poder hablar... Y me digo: 'No te quejes, que hay gente que está peor que tú'.

P. ¿Ha llegado a entender la posición de Ramón Sampedro?

R. ¡Uff! Es muy difícil. Por momentos la entiendes. Yo por lo menos puedo levantarme de la cama. A su lado soy un privilegiado. Ayuda mucho ver la mentalidad con la que vienen los compañeros que tuvieron la lesión hace años.

P. ¿Conoce a la persona que provocó el accidente?

R. No. Y no quiero. Si eres una persona cabal, el pensar que has dejado a alguien en mi situación, o que has matado, debe ser tan duro como lo nuestro.

P. ¿Hay forma de que la gente se conciencie?

R. Es complicado. La gente no es consciente. Yo creo que ver la foto de una persona en mi situación debería dar qué pensar.

P. ¿Se está trabajando en la buena dirección?

R. Nos están vendiendo la moto de no correr y después nos ponen unos coches de 200 caballos. O ponen un limitador de velocidad, o no hacen nada. De qué me sirve a mí un anuncio... Pero ahí chocamos con dondinero.

P. ¿Pero algo se podrá hacer?

R. Si fuéramos conscientes iríamos a 10 por hora, pero nunca crees que te puede tocar a ti. Somos muy intolerantes; a la primera pifia nos tiramos al cuello. El volante saca lo peor de cada uno. En el coche y en el fútbol somos así, y vamos a peor.

P. ¿Qué es lo que más le ha impactado aquí en Toledo?

R. Los niños; ver a un niño en silla de ruedas... se te saltan las lágrimas. Y son los que mejor lo asimilan. Mucho mejor que nosotros. Y luego, los chavalillos; al fin y al cabo yo tengo una edad, hijos... la vida ya me ha dado algo...

Roberto Rodríguez, en el hospital nacional de parapléjicos de Toledo.CLAUDIO ÁLVAREZ

Archivado En