EL LIBRO DE LA SEMANA

Réquiem por un amigo

ROBERT FISK, que escribió en The Independent la necrológica por un gran amigo y mejor periodista, Juan Carlos Gumucio, corresponsal que fue primero de The Times y en los años noventa de EL PAÍS en Oriente Próximo, le hace en el libro un breve pero intenso y sentido homenaje que es obligado transcribir: "Un frío día primaveral escribí la vida de mi viejo amigo y colega Juan Carlos Gumucio, un hombre de valor ejemplar y profundas depresiones, que me salvó la vida en la guerra y que se había sentado en mi balcón en numerosas ocasiones para ofrecerme sabiduría, cinismo y buenos vinos...

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ROBERT FISK, que escribió en The Independent la necrológica por un gran amigo y mejor periodista, Juan Carlos Gumucio, corresponsal que fue primero de The Times y en los años noventa de EL PAÍS en Oriente Próximo, le hace en el libro un breve pero intenso y sentido homenaje que es obligado transcribir: "Un frío día primaveral escribí la vida de mi viejo amigo y colega Juan Carlos Gumucio, un hombre de valor ejemplar y profundas depresiones, que me salvó la vida en la guerra y que se había sentado en mi balcón en numerosas ocasiones para ofrecerme sabiduría, cinismo y buenos vinos". Juan Carlos, incontinente y abrumador boliviano de Cochabamba, nos dejó porque había llegado a la conclusión de que la vida ya no era tan atractiva como un día pudo serlo. Robert Fisk posee la elegancia del hombre agradecido y en ese largo paseo por las avenidas de la vida y de la muerte que es La Gran Guerra por la civilización, ha encontrado el momento para decir adiós a una generación que ha comenzado a despedirse. Como el autor subraya: "En las fechas de nacimiento de las necrológicas el año de 1946 o sus alrededores, ya no es un extraño". Las campanas tañen por todos nosotros.