Camps afirmó en 2003 que el AVE era "una prueba superada" y ahora acusa al Gobierno de su paralización

"Que no haya ninguna duda. El AVE a la Comunidad Valenciana se está construyendo, no es una línea pintada en el mapa, se está construyendo, y a un ritmo excepcional". "Es una realidad". "Es una prueba superada". Así se expresaba en noviembre de 2003 el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Meses antes, en un folleto oficial de propaganda, a todo color y en papel couché, editado por la Generalitat de cara a la campaña para las elecciones que convirtieron a Camps en presidente y bajo el lema Lo que cuenta es avanzar, los valencianos eran informados de que "la línea AVE Mad...

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"Que no haya ninguna duda. El AVE a la Comunidad Valenciana se está construyendo, no es una línea pintada en el mapa, se está construyendo, y a un ritmo excepcional". "Es una realidad". "Es una prueba superada". Así se expresaba en noviembre de 2003 el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Meses antes, en un folleto oficial de propaganda, a todo color y en papel couché, editado por la Generalitat de cara a la campaña para las elecciones que convirtieron a Camps en presidente y bajo el lema Lo que cuenta es avanzar, los valencianos eran informados de que "la línea AVE Madrid-Comunidad Valenciana ya está en marcha". Y de que el AVE llegaría en 2007 a las tres capitales valencianas. Poco después el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, desmintió a Camps y dijo que no llegaría hasta 2010.

Meses antes, en octubre de 2002, el entonces presidente del Gobierno central, José María Aznar, había colocado en Picassent, con la pompa habitual, la primera traviesa del tren de alta velocidad Madrid-Comunidad Valenciana.

Todo había empezado el 8 de enero de 2001 en la cumbre de Murcia, que el PP publicitó como un hito definitivo para el proyecto del AVE. Allí, el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, sus homólogos murciano, Ramón Luis Valcárcel, y madrileño, Alberto Ruiz Gallardón, todos ellos del PP, el socialista José Bono, a la sazón presidente de Castilla-La Mancha, y Álvarez Cascos, ministro de Fomento del Gobierno que presidía Aznar, firmaron un acuerdo en el que quedó definido el mapa de la conexión entre la Meseta y el Mediterráneo mediante el ferrocarril de alta velocidad, que en 2007 uniría Valencia con Madrid en un tiempo récord de sólo una hora y 25 minutos.

Ayer, en la sesión de control al Consell en las Cortes Camps lanzó un mensaje diametralmente opuesto, en la línea marcada en la última semana por los populares valencianos, según la cual el Gobierno central ha "paralizado" el proyecto del AVE a la Comunidad Valenciana y ha decidido que la conexión con Alicante y Castellón no se hará en ancho europeo. Cuestiones que el Ministerio de Fomento ha desmentido de manera categórica.El Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, pidió al Consell que en vez de generar "incertidumbre" entre los ciudadanos con "declaraciones sin fundamento" y de "promover la desconfianza y el pesimismo", colabore con la Administración central. Bernabé afirmó que entre abril de 2004 y enero de 2006 el Gobierno central ha invertido más de 1.000 millones de euros en el AVE Madrid-Comunidad Valenciana, cantidad que "supera con creces" los 163 millones que puso el PP entre 1999 y 2004. El delegado aseguró que más del 50% de los tramos están en obras y que a lo largo de este año lo estará casi todo el trayecto.

En las Cortes, después de que Serafín Castellano le pusiera en suerte el tema, Francisco Camps subió a la tribuna de oradores de las Cortes y dijo que el Gobierno central tiene lo que definió como el "síndrome de la N-III", que la realidad del AVE en la Comunidad Valenciana es que hay "cinco tramos que no están licitados" y que "los que estaban en marcha han sido paralizados". Un "ejemplo evidente", agregó, de que cuando los socialistas llegan al Gobierno de España "paralizan los proyectos necesarios para el desarrollo".

Castellano ya había avanzado que "las decisiones del Gobierno central para la Comunidad Valenciana sólo generan desconfianza y desilusión", por sus "ambigüedades" y "contradicciones" en torno al AVE. Y Camps prosiguió la faena al decir que si el PSOE fue "incapaz" de finalizar la autovía Madrid-Valencia, una "infraestructura fundamental del siglo XX", ahora lo que hace es "paralizar los proyectos necesarios" para el desarrollo de la alta velocidad, "una infraestructura fundamental en el siglo XXI".

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La Generalitat está "preocupada" por ello, dijo el presidente, quien, tras insistir en que el AVE es una infraestructura fundamental y asegurar, que el PP inició los proyectos y su construcción, dijo que el hecho de que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, hable de otros proyectos de AVE, como el de Málaga o el de Valladolid, y no del de la Comunidad Valenciana, le lleva a "estar preocupado por la falta de responsabilidad y de inversión del Gobierno central". Algo que el presidente sumó a las "noticias" que "llegan" de que el corredor mediterráneo no está "en las previsiones" de la alta velocidad, pese al desmentido que la semana pasada hizo la ministra.

Después de la pregunta del PP, y antes de formularle la suya -para conocer la opinión del Consell ante el contenido del anteproyecto de ley de promoción de la autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia elaborado por el Ejecutivo estatal-, el portavoz del Grupo Socialista, Joan Ignasi Pla se refirió al asunto del AVE. "Por haber hecho el 1,56% de todo el proyecto ustedes quieren hacer creer a todos que el Gobierno del PP lo hizo todo", dijo Pla, que no perdió más tiempo en esta cuestión y entró de lleno en su pregunta. El secretario general del PSPV denunció que en la Comunidad Valenciana, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de cada 100 personas que reclaman asistencia, sólo seis la pueden recibir, mientras que la media estatal es de nueve, un dato, afirmó, que "nos sitúa por detrás de Galicia, Murcia y Ceuta".

Pla acusó al PP de "priorizar otras inversiones" y aseguró que el "despilfarro" del PP lo pagan todos los valencianos, pero "muy especialmente, las personas más necesitadas". Por eso emplazó a Camps a no poner obstáculos, sumarse al gran proyecto de cohesión social que significa la ley estatal de la dependencia, y a "anteponer los intereses de los más desfavorecidos a los de su partido y su política".

Camps echó mano del habitual recurso de comparar sus datos actuales con los de hace más de una década, cuando gobernaban los socialistas, y mencionó la fábula de la hormiga y la cigarra: "Ustedes cantan y nosotros trabajamos", dijo mirando a los bancos de la izquierda. E insistió: "Ustedes cantan, pero no trabajan". Y añadió que "mientras las cigarras cantan", el Consell adelanta "las previsiones más optimistas" de la ley estatal.

Después, al preguntarle sobre la "avalancha de planes urbanísticos" presentados antes de la entrada en vigor de la Ley Urbanística Valenciana, el portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa, Joan Ribó, también utilizó la fábula para criticar que "las hormiguitas del PP" no tuvieran tiempo de desarrollar los reglamentos de la LRAU y de la LOT, que podrían haber impedido la urbanización masiva del territorio basada en "la codicia y las ganas de dinero rápido". El presidente recurrió al ya conocido argumento de que la oposición quiere "dañar" la imagen de la Comunidad Valenciana con sus discursos sobre el urbanismo, "basados en la irrealidad, la vehemencia, la visceralidad y la frivolidad".

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