López Caro: "Morir así me gusta"
El Madrid se convirtió ayer en la tercera gran víctima del Zaragoza en su camino a la final, después del Atlético y el Barça. Cayó después de cerrar el partido más emocionante que ha vivido el Bernabéu en los últimos cuatro años. Un partido que contagió al público y a los jugadores, liderados desde la portería por Iker Casillas. El meta es el tipo que decididamente se ha convertido en el médium (Juanito aparte). La referencia espiritual del vestuario y la grada, que ayer registró el récord de decibelios de la temporada.
Casillas abandonó el campo después de mantener su arco intac...
El Madrid se convirtió ayer en la tercera gran víctima del Zaragoza en su camino a la final, después del Atlético y el Barça. Cayó después de cerrar el partido más emocionante que ha vivido el Bernabéu en los últimos cuatro años. Un partido que contagió al público y a los jugadores, liderados desde la portería por Iker Casillas. El meta es el tipo que decididamente se ha convertido en el médium (Juanito aparte). La referencia espiritual del vestuario y la grada, que ayer registró el récord de decibelios de la temporada.
Casillas abandonó el campo después de mantener su arco intacto. Dijo que se fue a celebrar San Valentín. Por detrás salieron sus compañeros, con mejor cara y confesando satisfacción por el trabajo bien hecho, que no por el resultado de la eliminatoria. El más expresivo fue el entrenador, López Caro, que dijo: "Morir así me gusta".
"Está claro que nos ha faltado un gol", ponderó el entrenador. "Pero tengo que decir es que tenemos que sentirnos muy orgullosos de nuestros profesionales. Individual y colectivamente han dado lo máximo. Pero la finalización es un concepto fundamental. Tuvimos acierto en los primeros minutos y no mucho acierto al final. Eso nos impidió pasar la eliminatoria".
López Caro lamentó el gol que no entró pero miró al futuro con entusiasmo: "Yo estoy cansado de decirlo. Al equipo lo veo en una línea espectacular: compromiso, trabajo, ilusión unidad. Lo veo en ese camino. Nos hemos equivocado en un partido concreto y lo hemos reconocido. Ahora vamos a seguir en esta línea de trabajo e ilusión".
Cicinho, que se fue a la ducha llorando, resumió el sentir de los jugadores: "Sabíamos que sería muy difícil remontar un 6-1. Con el 0-0 y con el 4-0, la eliminatoria era muy complicada. Ahora nos vamos con la cabeza erguida. Nos fuimos al vestuario con la conciencia del trabajo bien hecho, orgullosos por el esfuerzo, alegres por haber dado todo lo que podíamos dar".