Crónica:FÚTBOL | 17ª jornada de Liga

El Getafe recobra el aliento ante el Sevilla con una picardía de Güiza

Güiza, un artista talentoso y con malas pulgas al que sólo estimula un buen tirón de orejas, como el que verbalmente le dio Bernd Schuster 24 horas antes, desacreditó anoche a Palop. El portero del Sevilla, el menos goleado (12) y con la defensa más aguerrida de la Liga, no movió un músculo cuando el nueve jerezano lanzó desde el borde del área un trallazo con tanto efecto y picardía que sorprendió a propios y extraños. El genio de Güiza, acostumbrado a chutar con el exterior de su bota derecha, dibujó una parábola desde el centro al arco derecho de la portería.

El acierto del Ge...

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Güiza, un artista talentoso y con malas pulgas al que sólo estimula un buen tirón de orejas, como el que verbalmente le dio Bernd Schuster 24 horas antes, desacreditó anoche a Palop. El portero del Sevilla, el menos goleado (12) y con la defensa más aguerrida de la Liga, no movió un músculo cuando el nueve jerezano lanzó desde el borde del área un trallazo con tanto efecto y picardía que sorprendió a propios y extraños. El genio de Güiza, acostumbrado a chutar con el exterior de su bota derecha, dibujó una parábola desde el centro al arco derecho de la portería.

El acierto del Getafe sembró el desconcierto en las filas sevillistas. Donde antes dominaban ahora reculaban. De nada valía que, en el duelo de cerebros, Maresca le ganase la partida a Vivar Dorado. Por muy destructor que se ponga Diego Rivas, su labor de barrenero en el mediocampo de poco vale si no la acompaña la fantasía. A no ser que los desbordes de Cotelo, el correcaminos asturiano, entren en escena. Por ahí, por el carril derecho, llevó el peligro el Getafe, abusando de lo lindo de Dragutinovic. Tampoco se quedó corto Riki. Su movilidad inquietó a la zaga andaluza -en un alarde de velocidad arrancó desde su campo, cruzó la divisoria, desbordó a Prieto poniendo la sexta marcha y chutó cruzado- y a Palop, que, pese a la sobriedad de las estadísticas, tembló como un flan en los balones por alto.

GETAFE 1 - SEVILLA 0

Getafe: Calatayud; Contra (Redondo, m. 89), Belenguer, Matellán, Pernía; Diego Rivas (Pulido, m. 82), Vivar Dorado; Mario Cotelo, Riki, Gavilán; y Güiza (Alberto, m. 77).

Sevilla: Palop; Crespo (Luis Fabiano, m. 73), Ocio, Prieto, Dragutinovic; Navas, Martí, Maresca, Puerta (Diego Capel, m. 59); Saviola y Kanouté (Kepa, m. 59).

Goles: 1-0. M. 38. Güiza sorprende a Palop con un chut lejano que hace un extraño y entra pegado al palo derecho.

Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Diego Rivas, Crespo, Güiza, Prieto y Riki. Enseñó la roja directa a Mario Cotelo (m. 80) por una entrada por detrás a Martí en el mediocampo.

13.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.

Tanto monta monta tanto, con los dos equipos apostando por el contrataque, la rapidez de los extremos se antojó decisiva. Eso y la falta de puntería de Kanouté y Saviola, incapaces de superar a Calatayud en varios mano a mano que ni pintados. Por lo demás, las bajas de sus dos laterales, Alves y David, y la del carrilero Adriano le hicieron mucho daño al Sevilla.

Jesús Navas, que en un lanzamiento lejano rozó la escuadra, fue el único que puso en aprietos a la defensa madrileña. Durante 30 minutos, el menudo canterano se subió a la parra de Pernía, un lateral que no suele dar muestras de debilidad. Pero las internadas de Navas por la banda, con asistencias mortíferas adelante, atrás o al hueco, no encontraron premio. A Juande Ramos le debería preocupar que Kepa, su máximo artillero con cuatro goles en la Liga, sea el delantero de recambio.

El Getafe, entretanto, recobra el aliento.

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