Reportaje:

32 náufragos arrancados al mar

Los 'sin papeles' de Canarias fueron rescatados cuando se los tragaba el agua

El despliegue de miles de agentes de la Gendarmería marroquí en su territorio y en el Sáhara ocupado ha cortado hasta mínimos históricos el flujo de pateras hacia las costas de la isla canaria de Fuerteventura, pero ha creado un nuevo destino: Gran Canaria. Dado que las barquillas de madera apenas zarpan desde Tarfaya o El Aaiún, el nuevo embarcadero de la inmigración se ha trasladado más al sur, hacia Dakla (antigua Villa Cisneros), Cabo Bojador, e incluso algunas poblaciones del norte de Mauritania. Desde allí parten los llamados cayucos, embarcaciones pesqueras de madera de unos 13 m...

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El despliegue de miles de agentes de la Gendarmería marroquí en su territorio y en el Sáhara ocupado ha cortado hasta mínimos históricos el flujo de pateras hacia las costas de la isla canaria de Fuerteventura, pero ha creado un nuevo destino: Gran Canaria. Dado que las barquillas de madera apenas zarpan desde Tarfaya o El Aaiún, el nuevo embarcadero de la inmigración se ha trasladado más al sur, hacia Dakla (antigua Villa Cisneros), Cabo Bojador, e incluso algunas poblaciones del norte de Mauritania. Desde allí parten los llamados cayucos, embarcaciones pesqueras de madera de unos 13 metros de eslora equipadas con dos motores, víveres, gasolina, herramientas y una vestimenta insólita en la dramática historia del tráfico ilegal de personas entre África y Canarias: impermeables y botas de agua. Viajan a las costas de Tenerife y Gran Canaria, totalmente desprotegidas de cualquier sistema de vigilancia. Sin embargo, existe un elemento que ocultan a sus clientes los pasadores (como en África se conoce a los grupos organizados que trasladan a los subsaharianos y los embarcan en pateras). La travesía que antes duraba entre 12 y 20 horas desde Tarfaya hasta Fuerteventura ahora dura varios días a mar abierto, semanas en el peor de los casos.

Este lunes, el capitán Venetzianos, corpulento, de mediana edad, pelo cano, salvó junto a sus 15 marineros a 32 subsaharianos que permanecían inmóviles, temblorosos, dentro del cayuco semihundido en mitad del Atlántico, 444 kilómetros al sur de Gran Canaria y apenas a 72 de Dakla. Venetzianos paró los motores del Etoile-Lava y se colocó a 30 metros de la barca. "Encontramos 30 personas vivas junto a tres muertas y, flotando alrededor, dos vivas y otras dos muertas", relató a Canarias 7. En su bote los mantuvo a salvo hasta que llegara el buque hospital Esperanza del Mar. "Cuando se trata de salvar una vida, hay que actuar inmediatamente", concluyó el capitán del Etoile-Lava. A día de hoy, ocho africanos permanecen hospitalizados en Gran Canaria, 24 han ingresado en el centro de internamiento y los seis fallecidos permanecen en el anatómico forense. De los otros 10 o 12 nada se sabe.

Los inmigrantes aguantan sobre la patera semihundida el lunes antes de ser auxiliados por un petrolero.CANARIAS 7

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