Necrológica:

Franz Schönhuber, ultraderechista alemán

Fue miembro de las SS y fundador de Los Republicanos

La publicación en 1981 del libro Ich war dabei (Yo estuve allí), que va por la 13ª edición y lleva vendidos 220.000 ejemplares, dio un giro a la vida del dirigente ultraderechista alemán Franz Schönhuber, que el domingo pasado murió a los 82 años en su casa en el idílico Tegernsee, a unos 50 kilómetros al sur de Múnich, a consecuencia de las complicaciones de una gripe.

Hijo de un carnicero, Franz Schönhuber creció en la región de la Alta Baviera, donde ejercía de monaguillo en la iglesia hasta que lo internaron en un colegio de maristas de dura disciplina en Dresde. En 1937, a l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La publicación en 1981 del libro Ich war dabei (Yo estuve allí), que va por la 13ª edición y lleva vendidos 220.000 ejemplares, dio un giro a la vida del dirigente ultraderechista alemán Franz Schönhuber, que el domingo pasado murió a los 82 años en su casa en el idílico Tegernsee, a unos 50 kilómetros al sur de Múnich, a consecuencia de las complicaciones de una gripe.

Hijo de un carnicero, Franz Schönhuber creció en la región de la Alta Baviera, donde ejercía de monaguillo en la iglesia hasta que lo internaron en un colegio de maristas de dura disciplina en Dresde. En 1937, a la tierna edad de 14 años, ya ingresó en las Juventudes Hitlerianas, y el 20 de abril de 1941, con 18, en el Partido Nacionalsocialista.

Tras sus fallidos intentos de alistarse en la marina y la aviación, se sumó Schönhuber voluntario a las Waffen-SS, el grupo paramilitar de una de las peores organizaciones nazis. Por sus méritos de guerra ganó la Cruz de Hierro de segunda clase. Al final de la guerra dio con sus huesos en una prisión británica de la que salió tras el pago de una multa de 500 marcos, calificado como mero "colaboracionista" del nazismo.

A partir de ahí inició una lucha por la vida en la Alemania de posguerra que le llevó desde trabajos como cómico de la legua y doblador de efectos especiales en la radio a una brillante carrera en el periodismo y la televisión pública de Baviera, controlada casi en su totalidad por las fuerzas de la Unión Socialcristiana (CSU), que por aquellos tiempos dirigía con mano férrea el desaparecido Franz Josef Strauss.

Dirigió un periódico popular en Múnich y, con un programa de corte populista, Ahora hablo yo, adquirió fama hasta llegar a subdirector de la emisora Radio Baviera; presidió durante seis años la Asociación de Periodistas de Baviera e incluso ocupó un puesto en el gremio encargado del autocontrol de la prensa en Alemania. Contrajo segundas nupcias con una concejal socialdemócrata de Múnich con la que tuvo tres hijos y recibió las más altas condecoraciones al mérito civil en Baviera.

La publicación del libro de memorias en el que reconocía su participación en las SS y glorificaba aquellos tiempos desenmascaró a Schönhuber como ultraderechista con un toque nostálgico de la era nazi. El escándalo del libro provocó su ruptura con los socialcristianos bávaros y su salida el 29 de abril de 1982 de Radio Baviera con una indemnización de 290.000 marcos (145.000 euros) y una jubilación vitalicia de 7.000 marcos (3.500 euros).

Libre de ataduras, fundó el partido ultraderechista Los Republicanos, que cosechó éxitos de importancia y consiguió entrar en los Parlamentos de Berlín y del Estado federado de Baden-Wurtemberg. Schönhuber resultó elegido diputado al Parlamento Europeo en 1989 y allí pronto hizo excelentes migas con su correligionario francés Jean-Marie Le Pen.

Con los ultraderechistas y neonazis alemanes tuvo peor suerte y pronto se vio enzarzado entre las peleas de las diferentes sectas de esos grupúsculos, Los Republicanos, la Unión del Pueblo Alemán (DVU) y el Partido Nacional Demócrata de Alemania (NPD).

En los días de los atentados xenófobos y neonazis, Schönhuber se soltó el pelo y no vacilaba en echar leña al fuego con discursos incendiarios en los que sostenía que Alemania no podía convertirse en la oficina social para los países del Mediterráneo y tronaba contra "la oleada de asilados políticos". En artículos de prensa se mantuvo fiel a sí mismo hasta última hora.

Todavía el pasado octubre se preguntaba en su columna en la publicación Deutsche Stimme (Voz Alemana), en un artículo titulado "Encubridores y ladrones", si no era un deber patriótico, ante las repetidas informaciones de los crímenes nazis, enfrentarlas con hechos positivos para descargar de culpa al pueblo alemán. Se lamentaba de la prohibición de dar nombres de combatientes de la Legión Cóndor a los cuarteles y advertía de que en su lugar avanzaban "los comunistas alemanes que lucharon al lado de la España roja".

En los últimos meses de su vida participó en el intento de unificar las fuerzas de la ultraderecha alemana y, el pasado febrero, en la manifestación con motivo del 50º aniversario del bombardeo de Dresde.

El último servicio a la causa lo prestó al presentarse como candidato a diputado al Parlamento Federal (Bundestag) por Dresde en la elección parcial aplazada por la muerte de una compañera del NPD. Los electores no se lo recompensaron. Schönhuber sólo consiguió un 2,42% de votos, menos que el 2,56% del NPD.

Franz Schönhuber (derecha) con Jean-Marie Le Pen.AP

Archivado En