EL LIBRO DE LA SEMANA

La muerte seducida por la vida

EN 'EL INMORTAL', cuento de Ficciones, Jorge Luis Borges dice que la muerte vuelve a los hombres preciosos y patéticos. En el último tercio de Las intermitencias de la muerte, su trama se resuelve en la relación casi sensual entre la muerte (disfrazada de mujer) y un violonchelista que vive solo con su perro. La muerte tiene que cumplir su puntual cometido, pero va prorrogando su responsabilidad. El dibujo de los encuentros entre ambos tiene la forma de un sueño resuelto por un espíritu expresionista (ese expresionismo de Saramago que algunos analistas confunden con el realismo m...

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EN 'EL INMORTAL', cuento de Ficciones, Jorge Luis Borges dice que la muerte vuelve a los hombres preciosos y patéticos. En el último tercio de Las intermitencias de la muerte, su trama se resuelve en la relación casi sensual entre la muerte (disfrazada de mujer) y un violonchelista que vive solo con su perro. La muerte tiene que cumplir su puntual cometido, pero va prorrogando su responsabilidad. El dibujo de los encuentros entre ambos tiene la forma de un sueño resuelto por un espíritu expresionista (ese expresionismo de Saramago que algunos analistas confunden con el realismo mágico). Un sueño que me recuerda al sueño que tiene Jesús en El Evangelio según Jesucristo, donde el profeta ve a su padre en Nazaret diciéndole que no le puede hacer todas las preguntas, "ni tú me puedes dar todas las respuestas". En medio de un dilema semejante, que parece que impregnara toda su última novela, José Saramago se saca de la chistera una historia como al margen de la novela, un apólogo sobre la vida y la muerte, sobre lo sagrado y lo profano. La muerte seducida por la vida y viceversa. Este tramo es antológico y confirma, como decía Jean Bottéro, que lo esencial no es el relato del suceso verdadero sino el relato verdadero del suceso. "Al día siguiente no murió nadie". Éste es el suceso que nos cuenta maravillosamente Saramago.