Mendizorroza, la gran pesadilla del Alavés
En el fútbol es frecuente adjudicar a cada equipo un campo maldito, un terreno de juego en el que los resultados nunca acompañan. Lo habitual es que se trate del de un contrario, pero para el Alavés es su propio feudo el que va camino de convertirse en un infierno.
En vísperas de la fiesta de Halloween los fantasmas asomaron una vez más por Mendizorroza: seis partidos lleva la afición vitoriana sin ver ganar a su equipo, todos los disputados desde el comienzo de la temporada.Ayer visitaba Mendizorroza el Cádiz, otro recién ascendido, y durante toda la primera parte sus jugadores ...
En el fútbol es frecuente adjudicar a cada equipo un campo maldito, un terreno de juego en el que los resultados nunca acompañan. Lo habitual es que se trate del de un contrario, pero para el Alavés es su propio feudo el que va camino de convertirse en un infierno.
En vísperas de la fiesta de Halloween los fantasmas asomaron una vez más por Mendizorroza: seis partidos lleva la afición vitoriana sin ver ganar a su equipo, todos los disputados desde el comienzo de la temporada.Ayer visitaba Mendizorroza el Cádiz, otro recién ascendido, y durante toda la primera parte sus jugadores no echaron de menos el Ramón de Carranza. Alaveses y gaditanos parecieron intercambiar sus papeles. Los de Cos cedieron sin rubores el campo y la iniciativa a los amarillos tratando de hacer daño en alguna contra.
ALAVÉS 0 - CÁDIZ 0
Alavés: Costanzo; Edu Alonso, Juanito, Pellegrino, Carreras; Astudillo, Carpintero (Gálvez, m. 21); Jandro (Lacen, m. 72), Rubén Navarro (Bodipo, m. 62), Nené; y Aloisi.
Cádiz: Armando; Varela, Berizzo, De la Cuesta, Mario Silva; Fleurquin, Bezares; Enrique (Sesma, m. 81), Pavoni, Iván Ania (Abraham Paz, m. 73); y Oli (Medina, m. 62).
Arbitro: Puentes Leira. Mostró tarjetas amarillas al local Pellegrino y a los visitantes Fleurquin y Bezares.
13.071 espectadores, en Mendizorroza, entre ellos dos centenares de seguidores que apoyaron al combinado andaluz.
El Alavés lo intentó, con corazón, pero sin juego. El único que puso cabeza fue Aloisi para rematar en la recta final las dos mejores ocasiones de los albiazules. Al final, nuevo empate, la victoria que no llega y la racha que amenaza con convertirse en maldición.