FÚTBOL | Novena jornada de Liga

Puyol marca por fin después de tres años y nueve meses

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Difícilmente podía imaginarse Ronaldinho ayer que, en el último arreón del encuentro, cuando todo el Camp Nou parecía rendido a sus pies, le saldría un competidor a la hora de disputar el título de nombre más coreado de la noche. Y, sin embargo, sucedió; y desde el lugar más inesperado. A un cuarto de hora para que muriera el partido, cuando ya todo estaba decidido y Frank Rijkaard había premiado el festival del brasileño con un merecido descanso, la cabeza melenuda de Carles Puyol apareció de la nada para inventarse un remate de libro tras un córner botado por Sylvinho. El cuarto gol del Barça subió al marcador. "¡Puyol, Puyol, Puyol!", tronó la afición azulgrana, casi con tanta fuerza y entusiasmo como demostró el capitán del Barça al celebrar el gol.

Hacía demasiado tiempo que Puyol buscaba ese tanto. Hacía demasiado tiempo que se le resistía. La eternidad que representan tres años y nueve meses. A entonces, al 2 de febrero de 2002, se remontaba el último gol marcado por el capitán azulgrana. El Barça se enfrentaba al Tenerife, Carles Rexach sufría en el banquillo azulgrana y Puyol acudió en su rescate. El propio Puyol bromeó ayer: "Hay que tener mucha memoria para recordar mi último gol porque con éste sólo llevo tres".

No fue el caso ayer. En esta ocasión, Puyol insistió en sumarse a una fiesta que, hasta entonces, había protagonizado Ronaldinho, muy bien secundado por Van Bommel. La suerte que otros días se le había negado ayer le acompañó. Quizá, porque también hacía demasiado tiempo que el capitán azulgrana sufría en tareas a las que estaba poco habituado. Defensa implacable, este curso, Puyol ha sido además la vía de escape del Barça para sacar la pelota controlada desde atrás cuando los rivales se han lanzado sobre Xavi. Rijkaard ha fomentado la faceta de goleador de Puyol, acostumbrado ya a actuar indistintamente como central y lateral. "Frank me insiste siempre en que debo aprovechar mi juego aéreo e intentar marcar goles", explicó Puyol. "Ha sido un gran gol y me alegro mucho por él", celebró el técnico. "Puyi es fuerte de cabeza, rápido y tiene un buen chut. Esto es una señal para que participe más es estas acciones".

Puyol quería también disfrutar en primera persona de las mieles de ser el goleador. Recordar qué se siente cuando es uno el que hace subir un tanto al marcador. Ayer, en el escenario perfecto, con un Camp Nou que estableció su récord de asistencia este curso en un partido oficial (81.050 espectadores), lo logró.

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