Dúos y tríos

Natalie Haas y Alasdair Fraser forman un amoroso dúo que ya se ha paseado por festivales como el Celtic Connections de Glasgow, el Interceltique de Lorient o el Smithsonian Folklife de Washington: la joven californiana sentada con el chelo entre las piernas y él tocando su violín muy próximo a ella. Juntos han grabado Fire and Grace tras compartir con la pianista Muriel Johnstone el segundo volumen de El legado del violín escocés. Sonaron viejos aires de Escocia, como el lamento de Archibald MacDonald, con una de esas melancólicas melodías que no dejan insensible; un recue...

Natalie Haas y Alasdair Fraser forman un amoroso dúo que ya se ha paseado por festivales como el Celtic Connections de Glasgow, el Interceltique de Lorient o el Smithsonian Folklife de Washington: la joven californiana sentada con el chelo entre las piernas y él tocando su violín muy próximo a ella. Juntos han grabado Fire and Grace tras compartir con la pianista Muriel Johnstone el segundo volumen de El legado del violín escocés. Sonaron viejos aires de Escocia, como el lamento de Archibald MacDonald, con una de esas melancólicas melodías que no dejan insensible; un recuerdo al poeta Robert Burns o Tenerife's jig, escrita durante un vuelo entre la isla y Madrid.

El escocés comentó lo insólita de la presencia del chelo en la música tradicional, pero que ese instrumento ya formaba parte en el pasado de la rítmica de las bandas de baile en Escocia. Alasdair Fraser, al que puede oírse en las películas Titanic o El último mohicano, tocó con brío esas expresivas músicas que pertenecen al repertorio de las gaitas. Natalie Haas inició un vals del grupo sueco Väsen al que no tardó en sumarse Fraser. Invitaron a Xabi San Sebastian, guitarrista y cantante que entronca con el mejor folk de los años sesenta y setenta, para cantar en euskera y en inglés. Antes, el donostiarra ya había presentado en solitario sus canciones en una faena de casi una hora que terminó con la pandereta y una exhibición de facultades.