Reportaje:FÚTBOL | Undécima jornada de Liga

Ruido de sables en el Athletic

El entrenador, José Luis Mendilibar, se juega su futuro hoy contra Osasuna y el sábado frente al Celta tras el peor arranque en 34 años

En la directiva del Athletic se acumulan los datos negativos: el equipo lleva el peor arranque liguero desde hace 34 años; no transmite reacción alguna, ni de juego ni de actitud; las críticas pasan de los jugadores al entrenador y del entrenador al presidente, y, para colmo, se acumulan las lesiones en la zona más sensible, la delantera. La única noticia positiva para el club rojiblanco es que hoy juega contra Osasuna y la historia refleja que no pierde en El Sadar desde hace 14 años.

Entre la montaña de datos, la directiva espera. Hace una semana, el presidente, Fernando Lamikiz, gara...

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En la directiva del Athletic se acumulan los datos negativos: el equipo lleva el peor arranque liguero desde hace 34 años; no transmite reacción alguna, ni de juego ni de actitud; las críticas pasan de los jugadores al entrenador y del entrenador al presidente, y, para colmo, se acumulan las lesiones en la zona más sensible, la delantera. La única noticia positiva para el club rojiblanco es que hoy juega contra Osasuna y la historia refleja que no pierde en El Sadar desde hace 14 años.

Entre la montaña de datos, la directiva espera. Hace una semana, el presidente, Fernando Lamikiz, garantizó la continuidad del técnico, José Luis Mendilibar, aunque perdiera contra el Real Unión en la Copa del Rey [ganó 0-1] y frente al Cadiz en la Liga [perdió 1-0]. No se le preguntó sobre posteriores circunstancias, pero todo hace indicar que hoy, contra Osasuna, y el sábado, frente al Celta, Mendilibar se juega su futuro.

"Lo que me preocupa es el equipo, no lo que me pueda suceder", dijo ayer el técnico vizcaíno, que ha huido de las contubernios periodísticos, para explicar la crisis y que ha optado por apelar a la plantilla como mejor argumento. La pasada semana hizo terapia de grupo durante casi una hora, sin resultado positivo, y ayer dialogó el mismo tiempo con tres pesos pesados del equipo: Urzaiz, Orbaiz y Yeste.

La directiva espera, pero las filtraciones no dejan de producirse. Los jugadores hablan de puñetazo en la mesa para salir de la crisis; los directivos, de dolor en caso de destitución, y Mendilibar, de confianza en sí mismo. Pero lo cierto es que, más que los resultados, lo que duele en el club bilbaino es la imagen de apatía que transmitió el equipo en Cádiz. El propio Mendilibar se ha quejado de la falta de carácter del plantel. Ayer se lamentó de que sus jugadores "cambien de ver la luz a ver la oscuridad en poco tiempo". La impresión general es que el equipo se cae al primer contratiempo y su capacidad de reacción es nula.

Las lesiones tampoco ayudan al técnico y al equipo. A las bajas de Del Horno, traspasado al Chelsea para hacer caja, y de Ezquerro, que se fue al Barcelona, se ha añadido la prolongada lesión de Urzaiz, que ya jugó unos minutos en Cádiz. Para colmo, el joven Fernando Llorente también acabó lesionado, aunque finalmente está entre los convocados, con algodones, para Pamplona. Etxeberria, que se había quedado como único delantero, también se lesionó, lo mismo que Guerrero y Javi González, y Mendilibar ha tenido que buscar en el filial un delantero, Dañobeitia, para otorgarle la responsabilidad del gol en un equipo que sólo ha marcado siete tantos en esta Liga.

En El Sadar, curiosamente, se invertirán los papeles. El Athletic puede jugar con cinco futbolistas navarros y Osasuna mostrarle su currículo de cantera: el segundo equipo y los juveniles lideran la clasificación en sus categorías: Segunda B y División de Honor, respectivamente. Osasuna es feliz con su nueva apuesta de cantera, obligada por las circunstancias, y en el Athletic hay ruido de sables.

Para colmo, ambos equipos, casi siempre bien avenidos, tienen rotas sus relaciones oficiales por acusaciones mutuas de intromisión en sus respectivas canteras.

José Luis Mendilibar gesticula, contrariado, durante el partido que su equipo perdió en Cádiz.EFE

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