Reportaje:FÚTBOL | Fase de clasificación para el Mundial de 2006

Luis cambia la fórmula

El seleccionador prescinde de los extremos y buscará la goleada con De la Peña, Reyes, Raúl, Villa y Torres

La selección española cambiará mañana su sistema de juego. Ante la débil San Marino se juega la clasificación para el Mundial a cara o cruz. Los jugadores españoles, lógicamente, desconocen todo del rival. "No sabemos nada", admitió Villa. En nueve partidos de clasificación, Aragonés ha hecho de la apuesta por los extremos su bandera. Mañana, sin embargo, justo en el partido decisivo, no jugará Joaquín. Tampoco Vicente. No habrá extremos. En su lugar entrarán Reyes, Villa y De la Peña, que, junto a Torres y Raúl, formarán dos líneas paralelas de ataque. La consigna, dictada por las cábalas cla...

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La selección española cambiará mañana su sistema de juego. Ante la débil San Marino se juega la clasificación para el Mundial a cara o cruz. Los jugadores españoles, lógicamente, desconocen todo del rival. "No sabemos nada", admitió Villa. En nueve partidos de clasificación, Aragonés ha hecho de la apuesta por los extremos su bandera. Mañana, sin embargo, justo en el partido decisivo, no jugará Joaquín. Tampoco Vicente. No habrá extremos. En su lugar entrarán Reyes, Villa y De la Peña, que, junto a Torres y Raúl, formarán dos líneas paralelas de ataque. La consigna, dictada por las cábalas clasificatorias, es marcar cuatro o más goles a una selección que recibe más de cuatro de media desde que en 1988 se inscribió en la FIFA.

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"No podemos querer marcar el quinto gol antes que el primero", coincidieron, palabra por palabra, Villa, Reyes y Sergio Ramos. Los tres repitieron la letanía de Luis: "Paso a paso, minuto a minuto". Alguno fue más lejos. "Lo importante es hacer como poco cinco goles para que nos valga el empate de Serbia. Pero San Marino no concede tantos goles en su campo", dijo Villa, que jugará de inicio, como Pablo, que lo hará en lugar de Marchena, y Ramos, que sustituye al sancionado Salgado.

A España le obsesionan los goles. Y el camino para lograrlos. "Llenemos bien todo el campo, que estamos todos detrás del balón", pedía Luis. "¡Va!, ¡va!", exigía. "¡Si no corremos no nos vamos!", apremiaba. Luis quiere movimiento por delante del balón. Quiere desmarques. Para el resto cuenta con De la Peña, el encargado de poner el pase decisivo, y Raúl, que desempeñará labores de enganche. Ya nadie espera centros desde la línea de fondo. Ya nadie espera a Joaquín ni a Vicente. Un día antes del partido decisivo, Luis ha cambiado la fórmula.

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