Hongaresa pone en escena el horror del genocidio de Ruanda

La compañía valenciana Hongaresa de Teatre estrenará el 6 de octubre en la Sala Moratín de Valencia el espectáculo La caricia de Dios-Ruanda 1994. El montaje denuncia el horror en el país africano a causa del genocidio de los años noventa a través de la historia real de un general canadiense que sufre problemas mentales desde que fue enviado allí en misión humanitaria de la ONU. La pieza, que cuenta con la colaboración de Amnistía Internacional y cuyas representaciones serán gratuitas, pretende ser "un altavoz desde el que recordar la tragedia y provocar que el espectador se haga pregun...

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La compañía valenciana Hongaresa de Teatre estrenará el 6 de octubre en la Sala Moratín de Valencia el espectáculo La caricia de Dios-Ruanda 1994. El montaje denuncia el horror en el país africano a causa del genocidio de los años noventa a través de la historia real de un general canadiense que sufre problemas mentales desde que fue enviado allí en misión humanitaria de la ONU. La pieza, que cuenta con la colaboración de Amnistía Internacional y cuyas representaciones serán gratuitas, pretende ser "un altavoz desde el que recordar la tragedia y provocar que el espectador se haga preguntas", aseguró ayer el autor, el italiano Paolo de Vita, que dirige el montaje junto a Lola López.

La obra, en cartel hasta el 23 de octubre, está escrita como un monólogo interpretado por el actor valenciano Pep Ricart, que da vida al militar canadiense Romeo Dellaire, que en 1994 llegó a Ruanda con la misión humanitaria que la ONU envió a Kigali. El militar "estaba convencido de que iba a ayudar a salvar el mundo y se encontró con las manos atadas y ante una masacre horrible", explicó el autor de la obra, escrita con Francesca Zanni. El impacto fue tal que el soldado sufre desde entonces el llamado síndrome de peace keeping (mantenimiento de la paz), enfermedad reconocida por el Pentágono que padecen quienes han estado en zonas de conflicto sin poder intervenir.

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