Crónica:FÚTBOL | Cuarta jornada de Liga

El Zaragoza supera la táctica del desgaste de Osasuna

El partido exigió inventiva y el Zaragoza, aunque la echó en falta durante muchos ratos, acabó por encontrarla. Osasuna, que al principio supo leer el sistema de Víctor Muñoz, un 4-5-1, y se limitó a tapar huecos, acabó cediendo en su empeño por dejar su marco a cero. Una estrategia, sin embargo, que a punto estuvo por ningunear al conjunto maño, muy intermitente, y que pareció contagiarse de la desidia ofensiva del rival. Pero sólo lo pareció, porque una pillería de Diego Milito resolvió las dudas. Una buena noticia para una afición que otorgaba mucha importancia al encuentro de anoche; aun s...

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El partido exigió inventiva y el Zaragoza, aunque la echó en falta durante muchos ratos, acabó por encontrarla. Osasuna, que al principio supo leer el sistema de Víctor Muñoz, un 4-5-1, y se limitó a tapar huecos, acabó cediendo en su empeño por dejar su marco a cero. Una estrategia, sin embargo, que a punto estuvo por ningunear al conjunto maño, muy intermitente, y que pareció contagiarse de la desidia ofensiva del rival. Pero sólo lo pareció, porque una pillería de Diego Milito resolvió las dudas. Una buena noticia para una afición que otorgaba mucha importancia al encuentro de anoche; aun siendo esperanzadores los precedentes, el equipo aragonés contaba hasta la fecha todos sus encuentros por empates.

ZARAGOZA 3 - OSASUNA 1

Zaragoza: Valbuena; Ponzio, Álvaro, Milito, Aranzabal; Movilla, Zapater (Generelo, m. 78); Ewerthon, Óscar (Cani, m. 72), Savio; Diego Milito (Sergio García, m. 67).

Espanyol: Kameni; Sá, Jarque, Lopo, David García; Juanfran Torres, Costa, Fredson (Ito, m.60), Domi, Riera (De la Peña, m.60); y Luis García.

Goles: 1-0. M. 50. Diego Milito remata de cabeza un centro de Savio para batir a Ricardo. 2-0 M. 80. Sergio García empuja con el pecho un centro desde el interior del área. 3-0. M.82. Savio de disparo cruzado. 3-1. M. 90. Delporte, de falta.

Árbitro: Fernández Borbalán. Mostró la cartulina amarilla a Ewerthon, Puñal, Milito, Corrales y Muñoz.

Unos 25.000 espectadores en La Romareda.

Aunque el objetivo de ambos contendientes coincidía en desgastar al rival, el modus operandis era diametralmente opuesto; mientras los aragoneses buscaban con insistencia hurgar en la defensa rival, los rojillos se cerraban para sorprender al contragolpe. Y no se admitió variación alguna. En parte porque los conjuntos se empeñaron en dominar el centro del campo. Pero con cinco hombres por cada bando en tan reducido espacio, se hizo complicado jugar al fútbol. Sólo Movilla, que recuerda al incombustible mediocentro que despuntó años atrás, encontró su sitio. Lo hizo dando un paso atrás, sacando de sitio a Puñal, su sombra ayer. Y, con el balón en los pies, Movilla se esmeró en buscar el pase largo, que buscaba la espalda del defensor y la velocidad de los extremos Ewerthon y Savio. Pero a los dos brasileños les faltó atrevimiento, retar con más frecuencia a su marcaje. Ni el zurdo explotó su clase ni el diestro recorrió tantos metros como sus piernas le permiten. Aunque, obcecado como estaba el Zaragoza en repetir lo mismo, tampoco ayudaron las continuas diagonales del delantero Diego Milito. Así, mientras uno de los extremos se llevaba a su defensor retrasando metros como si fuera a buscar la pelota, el ariete aprovechaba el hueco para tratar de centrar desde el costado.

Cuando Savio pisó la línea de cal, abrió el campo, llegó el gol. Diego Milito le ganó el sitio al central y cabeceó el centro del brasileño. El Zaragoza sentenció con dos goles en las postrimerías, de Sergio García primero y Savio después, y no cedió a la táctica del desgaste que planteó Osasuna.

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