"Se ha abierto un margen de esperanza grande", dice Bianchi

El Atlético está de fiesta. Un día después de vencer al Barça (2-1), los jugadores rojiblancos se entrenaron ayer en el Calderón con Luccin y Gabi, la pareja titular de medios centros, tirándose balones y señalándose con el dedo, acusatoriamente, entre bromas. Había ganas de celebrar el triunfo. De felicitarse por la victoria. De regalarse con los halagos. Hasta que Carlos Bianchi, el entrenador, decidió tomar cartas en el asunto: "Del elogio al insulto hay una sola vocal", dijo el preparador. "No creo excesivamente en los elogios ni tampoco me fijo demasiado cuando se habla excesivamente mal...

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El Atlético está de fiesta. Un día después de vencer al Barça (2-1), los jugadores rojiblancos se entrenaron ayer en el Calderón con Luccin y Gabi, la pareja titular de medios centros, tirándose balones y señalándose con el dedo, acusatoriamente, entre bromas. Había ganas de celebrar el triunfo. De felicitarse por la victoria. De regalarse con los halagos. Hasta que Carlos Bianchi, el entrenador, decidió tomar cartas en el asunto: "Del elogio al insulto hay una sola vocal", dijo el preparador. "No creo excesivamente en los elogios ni tampoco me fijo demasiado cuando se habla excesivamente mal de un equipo. Hay que tener la justa medida para todo", sentenció.

Bianchi dirige los entrenamientos con la mirada. No grita, habla. Y maneja como nadie los códigos secretos del vestuario. "¿Que de qué he hablado con Antonio López?", preguntó. "Del auto que va a elegir de la marca que patrocina al Atlético", dijo el entrenador, que dedicó diez minutos a conversar con el lateral, mal situado en el gol del Barça.

Aunque Bianchi también sabe disfrutar de los buenos momentos. "Las prestaciones que ofrecimos ayer abren un margen de esperanza grande, porque el equipo estuvo a la altura del Barça, un candidato a ganar la Champions", se felicitó el preparador, que ya analiza a su rival de mañana, la Real Sociedad, sabiendo que no podrá contar con Perea, lesionado, ni Pablo, sancionado. "Hemos recurrido su sanción porque, si no, nos van a faltar los dos centrales titulares en una semana en la que jugamos tres partidos", dijo Bianchi, que ha concentrado a su equipo para el partido y que ayer recibió la visita de su hija, acompañada en el palco por Guillermo Cóppola, una de las caras más conocidas del fútbol argentino y, en su día, la sombra de Maradona.