FÚTBOL | Primera jornada de la Liga de Campeones

Un partido excitante para empezar

El Barça debuta en Alemania en un duelo complicado ante el Werder Bremen, segundo de la Bundesliga

En tanto que campeón de la Liga pasada, al Barça le motiva este año la Champions, un torneo excitante y exuberante, muchas veces caprichoso. Los azulgrana han iniciado el campeonato español sin mucha determinación, con un punto de suficiencia, conscientes de que son los favoritos y que les dará tiempo alcanzar el liderato. Hay siempre una cierta condescendencia con el equipo que defiende el título. En el torneo europeo, en cambio, cualquier resultado adverso es una hipoteca, así que a los candidatos se les exige desde el inicio una declaración de intenciones inequívoca para después gest...

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En tanto que campeón de la Liga pasada, al Barça le motiva este año la Champions, un torneo excitante y exuberante, muchas veces caprichoso. Los azulgrana han iniciado el campeonato español sin mucha determinación, con un punto de suficiencia, conscientes de que son los favoritos y que les dará tiempo alcanzar el liderato. Hay siempre una cierta condescendencia con el equipo que defiende el título. En el torneo europeo, en cambio, cualquier resultado adverso es una hipoteca, así que a los candidatos se les exige desde el inicio una declaración de intenciones inequívoca para después gestionar sin prisas la clasificación para los octavos.

Al Barça le ha tocado un debut complicado y el partido de hoy le llega que ni pintado para saber sobre sus aspiraciones y programación de la temporada. El Werder Bremen va como un tiro en la Bundesliga. Tras cuatro jornadas, está a dos puntos del líder, el Bayern Múnich, y lleva una media de tres goles por partido. No necesitan más presentación que su último resultado: 1-5 en el Fritz Walter de Kaiserslautern. Los verdes viven de cara a la portería rival. Aunque de espíritu muy alemán, juegan un fútbol vistoso y divertido. Forman con una defensa de cuatro, un rombo en el medio campo y dos puntas; combinan con fluidez; son rápidos y fuertes; y atacan con gran verticalidad.

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Aunque la ausencia del ariete Klose rebaja su potencial, el Weserstadion (40.000 espectadores) es especialmente intimidador. La novedad será el delantero Valdés, el mismo que el año pasado eliminó al Valencia. "Me calzaré las mismas botas doradas que entonces y estoy tan ansioso por el partido que desde el día del sorteo no he probado el alcohol", proclama el paraguayo, un delantero efervescente y rápido que ha hecho suerte en el equipo alemán como revulsivo. Valdés se juntará con Klasnic, un delantero zurdo croata potente, técnico y con tanta capacidad de salto como sangre fría. En cuanto espabila, Klasnic resulta desequilibrante en un equipo que gira alrededor del francés Micoud, en otro tiempo también llamado el nuevo Zidane.

Thomas Schaff, el técnico, siempre ha tenido buen gusto por el fútbol, entiende mejor que nadie la esencia del Werder Bremen porque ha sido el club de su vida, y su equipo acostumbra a ser generoso con el espectador, tanto que a veces el rival se muestra agradecido: el año pasado le eliminó el Lyón francés por un global de 10-2.

Al Barça le interesa atacar una defensa vulnerable y limitar las pérdidas de balón y las jugadas de estrategia por la velocidad y el juego aéreo del Werder Bremen. Ante el aviso de que los alemanes buscarán la espalda de los azulgrana, Rijkaard responde que al Barça aún no le han marcado un gol. Precisamente porque tienen un denso calendario, los barcelonistas saben que se juegan la posibilidad de administrar y descansar a corto plazo en la Champions. El grupo invita a tomar posiciones de salida porque todos los equipos entienden que el segundo puesto es accesible, situación que compromete al Barça, que necesita refrendar su presumible jerarquía. La Liga de Campeones comienza para el candidato Barça con un partido muy exigente.

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