Carole King triunfa con versiones desnudas de todas sus canciones

El doble disco 'The living room tour' resume su gira de 2004

Ha sido una de las sorpresas de 2005: alejada de la gran industria musical, Carole King ha regresado a la zona alta de las listas de EE UU con un vigoroso disco doble, The living room tour (Concord/Indigo), 27 canciones grabadas en vivo con su piano y dos guitarristas. La carrera de King (Brooklyn, 1942) cubre 45 años; rara es la colección de discos que no tiene temas suyos, en su voz o en las de los Beatles, James Taylor, Dusty Springfield, las Shirelles, Roberta Flack y tantos otros.

Según su cuenta, hay al menos mil versiones grabadas de sus temas y cien fueron éxitos. Pero,...

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Ha sido una de las sorpresas de 2005: alejada de la gran industria musical, Carole King ha regresado a la zona alta de las listas de EE UU con un vigoroso disco doble, The living room tour (Concord/Indigo), 27 canciones grabadas en vivo con su piano y dos guitarristas. La carrera de King (Brooklyn, 1942) cubre 45 años; rara es la colección de discos que no tiene temas suyos, en su voz o en las de los Beatles, James Taylor, Dusty Springfield, las Shirelles, Roberta Flack y tantos otros.

Según su cuenta, hay al menos mil versiones grabadas de sus temas y cien fueron éxitos. Pero, como todos los artistas de cierta edad, debe competir con su propio catálogo: su Tapestry (1971) ha vendido 10 millones de copias en su país. Aquel elepé definió un momento cultural de introspección y atrincheramiento emocional: fue bálsamo para una sociedad desgarrada por los conflictos derivados de Vietnam. Ahora ocurrió algo parecido. "Llevo años haciendo conciertos modestos, a veces en salas de estar. Gustaban y se nos ocurrió organizar el pasado año la Living room tour. Para dar la idea de intimidad, decoramos el escenario como una casa particular. Aún en teatros y anfiteatros, quería conservar el espíritu del concierto para amigos", asegura la cantante.

King también apareció en televisión, donde inevitablemente se pasmaban de su juvenil aspecto. Pero el verdadero prodigio es la variedad de su público: en la neoyorquina Rockefeller Plaza, destacaban unas monjas con una pancarta que proclamaba: "Monjas que queremos a Carole King". La cantante no lo olvida: "¡Eso impresiona a una chica judía como yo! Lo que creo es que se necesitan canciones positivas sobre la amistad, la paz, el equilibrio con el medio ambiente. Hay muchos tipos de amor".

En directo, King alterna el repertorio reciente con sus grandes éxitos. "Cambio alguna letra. El feminismo nos hizo replantearnos muchas cuestiones y hay cosas que una mujer concienciada no puede cantar hoy, excepto en broma". Explica la génesis de clásicos como You make me feel like a natural woman: "El productor Jerry Wexler vino a pedirme una canción para una chica que había fichado. Yo estaba tocando unos acordes de gospel y Jerry saltó: 'Eso, eso'. Mi marido de entonces, Gerry Goffin, hizo la letra y, zas, Aretha Franklin tuvo el éxito que necesitaba". La complicidad con el público le permite recrear piezas muy orquestadas, como Jazzman. "Yo hago los metales con la boca y los oyentes me ponen ritmo con palmadas; otras veces, son el coro. El pop es imaginación, para interpretar el sentido de las letras o para participar". Las recreaciones de King también toman en cuenta el paso del tiempo: "Hay composiciones mías que hoy son conocidas por anuncios o por películas y debes explicar su sentimiento original".

Carole King, durante uno de sus conciertos, en una foto de promoción.
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