"Me lo estoy pensando"

Lance Armstrong sopesa volver al Tour para "fastidiar a los franceses"

"¿De verdad vuelve Lance Armstrong al Tour? Lo he leído en Internet. Dice que vuelve para fastidiar a los franceses". "¿Qué puede decir? ¿Ha vuelto a coger la bici?". Así, uno tras otro, los periodistas acribillaron ayer a preguntas a Johan Bruyneel, el director del equipo Discovery, al término de la etapa de la Vuelta a España.

El terremoto se originó tras saberse que Armstrong había declarado a un periódico de Austin (Tejas): "Estoy pensando en volver para fastidiar a los franceses". Bruyneel contestó: "Se está entrenando, sí. Tres semanas después del Tour, volvió a coger la bicicleta...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"¿De verdad vuelve Lance Armstrong al Tour? Lo he leído en Internet. Dice que vuelve para fastidiar a los franceses". "¿Qué puede decir? ¿Ha vuelto a coger la bici?". Así, uno tras otro, los periodistas acribillaron ayer a preguntas a Johan Bruyneel, el director del equipo Discovery, al término de la etapa de la Vuelta a España.

El terremoto se originó tras saberse que Armstrong había declarado a un periódico de Austin (Tejas): "Estoy pensando en volver para fastidiar a los franceses". Bruyneel contestó: "Se está entrenando, sí. Tres semanas después del Tour, volvió a coger la bicicleta porque se aburría. Es un hombre imprevisible. No lo descarten". "¿Pero le cree capaz?". El técnico belga echa mano al bolsillo y saca el teléfono móvil, toquetea las teclas y lo ofrece: "Amigo, yo sólo sé que, nada más enterarme de sus declaraciones, nada más ver el revuelo que se había montado, le he enviado un mensaje contándole todo, diciéndole que el pelotón de la prensa está encendido y preguntándole si va en serio y él me ha respondido enseguida con esto". En la pantalla del BlackBerry, seis palabras escritas en tres líneas. Son la respuesta de Armstrong: "Ha, good! I'm thinking about it ("¡Ja, qué bien! Me lo estoy pensando)".

Más información

"Me lo estoy pensando". Entre Andorra y Aragón le llegó a Bruyneel el mensaje de Armstrong. Y ya no sabía si reír o llorar, consciente de que un tejano herido en su orgullo es capaz de desafiar a cien búfalos, al cáncer, a L?Equipe y a Francia entera o, lo que es lo mismo, al reto de ganar el octavo Tour y que no le pillen en un renuncio, por mucho que eso suponga otra vez maldecir a los perros que olfatean buscando sustancias prohibidas en las habitaciones de los hoteles. Si es necesario, se someterá a un control de orina tras otro, donará su sangre para que la lavadora busque lo que sólo han encontrado, según parece, en orina congelada. La portada de L?Equipe del 23 de agosto retumba en cada pedalada que da por los alrededores de su rancho: "La mentira de Armstrong". Le golpea sus sienes mientras se entrena por las áridas carreteras de Austin.

En teoría, se entrena pensando en preparar el Tour de la Esperanza, carrera de su fundación contra el cáncer, que correrá entre el 28 de este mes y el 8 de octubre. Iba a ser la última como profesional. Su plan estaba claro: un poco de bicicleta; muchas horas con los niños; clases de guitarra particulares con su compañera, la cantante Sheryl Crow; la concentración anual de Austin, donde el Discovery iniciará la temporada en diciembre "para echar una mano", y en la primavera, la boda. Llegado junio, a Francia con su señora, enganchada al Tour casi tanto como él, "para estar cerca de los chicos".

Eso pensaba también Bruyneel, pero las cosas han cambiado y lo sabe. Armstrong quiere venganza y ayer, en seis palabras, desarmó a su amigo, su director, su socio de equipo o lo que decida que sea Bruyneel para él durante los próximos meses. Seis palabras que han conmocionado el ciclismo: "Ha, good! I'm thinking about it".

Lance Armstrong, con Sheryl Crow.REUTERS

Archivado En