Necrológica:

R. L. Burnside, músico de 'blues'

R. L. Burnside, poderoso guitarrista y cantante de blues, falleció el jueves 1 de septiembre en un hospital de Memphis (Tennessee) por causas desconocidas. Burnside, de 78 años, era el artista emblemático de la compañía Fat Possum, discográfica de Misisipí que reivindica un blues alborotado que, a pesar de sus hechuras primitivas, se presta a los tratamientos electrónicos o a la fusión con el rap.

Matthew Johnson, fundador de Fat Possum, tuvo una brillante intuición a principios de los años noventa: que el blues contemporáneo se había sofisticado en demasía, ...

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R. L. Burnside, poderoso guitarrista y cantante de blues, falleció el jueves 1 de septiembre en un hospital de Memphis (Tennessee) por causas desconocidas. Burnside, de 78 años, era el artista emblemático de la compañía Fat Possum, discográfica de Misisipí que reivindica un blues alborotado que, a pesar de sus hechuras primitivas, se presta a los tratamientos electrónicos o a la fusión con el rap.

Matthew Johnson, fundador de Fat Possum, tuvo una brillante intuición a principios de los años noventa: que el blues contemporáneo se había sofisticado en demasía, adaptándose -voluntaria o inconscientemente- a las expectativas de los consumidores blancos, amantes de las guitarras pirotécnicas y las formas del soul o el rock. Johnson y sus socios recorrieron los Estados sureños, buscando a modestos bluesmen semiprofesionales que seguían tocando para públicos negros, generalmente en ámbitos rurales.

Y enseguida se toparon con Robert Louis Burnside, nacido (23 de noviembre de 1926) en Oxford, Misisipí. Tenía las credenciales necesarias: aprendió a tocar al lado de Fred McDowell y aseguraba que una prima suya se casó con Muddy Waters. No se trataba, sin embargo, de un pueblerino: había pasado temporadas en Memphis y Chicago, donde escuchó a John Lee Hooker, Howlin' Wolf y otros bluesmen del delta del río Misisipí que se habían electrificado; también había grabado ocasionalmente para Arhoolie y varias discográficas europeas. Pero el resto de su historia respondía al sueño húmedo de Fat Possum. Aparcero en una granja, Burnside complementaba sus escasos ingresos con su juke joint, una destartalada taberna de fin de semana, donde vendía su whisky particular y actuaba con su familia (tenía doce hijos). Eso, en sus mejores tiempos, ya que hubo etapas en que debió empeñar instrumentos y amplificadores. Resumiendo, era the real thing, el artículo genuino.

Creador de música ruda, Robert Louis se expresaba a todo volumen y sin preocuparse de finuras: estaba habituado a lograr que bailaran públicos broncos. No tuvo inconveniente en grabar al lado de una afilada agrupación neoyorquina, la Jon Spencer Blues Explosion, en trabajos como Mr. Wizard o Ass pocket of whisky.

Su blues repetitivo e intenso se mezcló con ritmos digitales en el disco Come on in. Esas canciones, retocadas electrónicamente, se popularizaron al sonar en la serie Los Soprano y en publicidad. Aunque no entendiera cabalmente lo que le estaba pasando, Burnside aprovechó su buena racha y actuó para audiencias urbanas hasta que le empezó a fallar la salud. También tuvo la oportunidad de ver cómo el fenómeno se repetía con otros vecinos y colegas suyos, que todavía graban para Fat Possum.-

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