Vacaciones bajo tierra
Una expedición andaluza desciende 898 metros por primera vez
En pleno mes de agosto, la mayoría sólo aspira a pasar el día en bañador y tostarse al sol en cualquier playa andaluza. Pero Nerea, una sevillana de 31 años licenciada en Geografía, lo que está deseando es vestir su mono naranja, ponerse el casco y descender por un agujero en la roca hasta unos 300 metros de profundidad. Y como ella otros 49 espeleólogos -profesionales y aficionados- procedentes de toda Andalucía que desde el pasado 23 de julio hasta hoy han explorado las cavidades subterráneas de la sima GESM, en los Hoyos del Pilar situados en la cima de la Sierra de las Nieves de Tolox (Mál...
En pleno mes de agosto, la mayoría sólo aspira a pasar el día en bañador y tostarse al sol en cualquier playa andaluza. Pero Nerea, una sevillana de 31 años licenciada en Geografía, lo que está deseando es vestir su mono naranja, ponerse el casco y descender por un agujero en la roca hasta unos 300 metros de profundidad. Y como ella otros 49 espeleólogos -profesionales y aficionados- procedentes de toda Andalucía que desde el pasado 23 de julio hasta hoy han explorado las cavidades subterráneas de la sima GESM, en los Hoyos del Pilar situados en la cima de la Sierra de las Nieves de Tolox (Málaga).
Manu Guerrero es uno de los coordinadores de esta expedición andaluza que ha descendido, por primera vez, hasta profundidades de 898 metros, topografiando y estudiando a cada paso los minerales y las rocas de la cuarta cavidad más profunda de España. De 35 años, casado y con un hijo, trabaja en el parque de bomberos del Ayuntamiento de Marbella. "He sacrificado las vacaciones con la familia para venir aquí, a meterme en este agujero" afirma.
Lo mismo puede decir José Luis Badillo, también de 35 años y trabajador en altura del Ayuntamiento de Ronda. Ambos reconocen que su pasión no es muy común, pero como ambos dicen: "todas las grandes montañas ya han sido exploradas: un alpinista hoy sólo puede recorrer el camino que otros han hecho antes que él, lo único que queda por descubrir está bajo la superficie, en el interior de la tierra o en el fondo del mar".
Y no han tenido que ir muy lejos para encontrar terreno virgen, jamás pisados por el ser humano. La sima GESM, llamada así por quienes la descubrieron en 1971, el Grupo de Exploraciones Subterráneas de Málaga, es una cavidad vertical que se adentra más de un kilómetro en el interior de la Sierra de las Nieves. Sus descubridores malagueños sólo pudieron atisbar unos pocos cientos de metros de oscuridad. Desde entonces, varias expediciones de países como Francia, Bélgica o Rusia han ido profundizando en el conocimiento de esta sima.
La de Nerea, Manu y José Luis es la primera expedición íntegramente formada por andaluces, bajo el paraguas del Interclub Sierra de las Nieves, que se halla en condiciones de alcanzar el fondo de la cavidad, situado en una cota inferior a los 1.300 metros.
Pero en el ámbito de la espeleología hay pocas cosas definitivas. Lo sabe bien Alejandro Téllez, director técnico de la Federación Andaluza de Espeleología y participante en la campaña de exploración. "La roca de la Sierra de las Nieves es caliza, muy sensible a la erosión mecánica y la corrosión por el agua de lluvia; con toda probabilidad el interior de la montaña está sembrado de túneles y cavidades", señala. Lo cual significa que el enorme pozo descubierto por la expedición el pasado 27 de julio a través de una vía lateral puede llevarles a cotas aún más profundas. Todo un desafío que pretenden continuar el año que viene.
Los espeleólogos han instalado un campamento base en el cámping de Conejeras, cedido gratuitamente por el Ayuntamiento de Parauta. Desde aquí han partido las "puntas de exploración", grupos de entre tres y siete espeleólogos que han descendido cada día al corazón de Andalucía como parte de unas vacaciones fuera de lo común.