El que no corre huye | CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Forasteros

Si en estos dos meses de verano pasamos, porque ya nos lo merecíamos o porque queremos, una hora cada día en una terraza del centro, vamos a conocer a un montón de extranjeros. Intentando concretar, unos 3.000. De ellos, 325 serán acordeonistas, ya sean de los que tocan bien o mal. Alrededor de 120 tocarán el saxo, que no saxofonistas, que alternarán sus turnos con 30 guitarristas con bafle y cantante. A la mesa se acercarán unos 600 vendedores de rosas, 420 de discos o películas piratas, 180 de collares de plastiquillo y casquería electrónica, 240 de pañuelos de papel. Otros 600 se acercarán ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Si en estos dos meses de verano pasamos, porque ya nos lo merecíamos o porque queremos, una hora cada día en una terraza del centro, vamos a conocer a un montón de extranjeros. Intentando concretar, unos 3.000. De ellos, 325 serán acordeonistas, ya sean de los que tocan bien o mal. Alrededor de 120 tocarán el saxo, que no saxofonistas, que alternarán sus turnos con 30 guitarristas con bafle y cantante. A la mesa se acercarán unos 600 vendedores de rosas, 420 de discos o películas piratas, 180 de collares de plastiquillo y casquería electrónica, 240 de pañuelos de papel. Otros 600 se acercarán para decir eso de un cigarrito tenéis por ahí, que es gente que da gusto como pide porque parece que da. Pero..., perdón, estoy mezclando churras con merinas, quiero decir, extranjeros con de aquí. Es verdad que hay gente de aquí que se dedica a hacer trabajos de extranjeros, pero es que quizá lo son un poco. Por lo menos, habitantes de los otros mundos paralelos al "nuestro". Porque vender pañuelos o tocar los mismos tres temas con un saxo viejo de terraza en terraza, ya le digo yo que no es exactamente el estilo de vida de un funcionario de vacaciones. Nos pongamos como nos pongamos.

Y aclaro que en extranjeros incluyo a inmigrantes, que también son extranjeros, pero sin dinero, y por eso nos lo piden a nosotros

Y aclaro que en extranjeros incluyo a inmigrantes, que también son extranjeros, pero sin dinero, y por eso nos lo piden a nosotros. (Aclaro más, porque desde que me di cuenta de que yo a los moros los llamaba moros y a los ricos, jeques, me dio mucha vergüenza y ya no lo hago). Yo los llamo a todos extranjeros y allá películas. Voy a poner ejemplos. El tipo que pide una moneditaaa con una lata de aceitunas enana, de esas de minibar de hotel, y que nos contó que antes hacía cortos, y cuando le preguntamos perogrullamente ¿qué? ¿y no ganaste mucho, no?, nos contestó: hombre, se gana más con los largos. La gitana de la ramita de romero (mira, ahora digo gitana del romero y antes no he dicho payo de los cortos, lo que son las minorías), que se acerca con la cara de pena del gato de Shrek 2 y, por la ocurrencia, le damos 50 céntimos por su ramita de romero de la rotonda del paseo y nos dice que no, que es un lauro, que nos quiere mucho. O aquel indigente de Granada, que se acercó por detrás sin que nos diéramos cuenta y lo que nos dio fue un susto que toda la plaza se carcajeó de risa de nuestro berrido de terror. Son gente de aquí, pero de otros mundos, son extranjeros. Algunos, casi extraterrestres. Todos, forasteros de la vida. Como los del oeste, que los mira la gente cuando entran.Y puede que también sean extranjeros de países normales como el nuestro, como los que piden en la Gran Vía de Madrid con varios cestillos con letreros: "Para cerveza", "para porros", "para Ferrari", "somos honestos". Que, por cierto, o les han salido copionetas o ya tienen franquicias, que los he visto yo.

Yo soy como Chanquete, que decía que sólo hay dos tipos de gente: los de aquí y los forasteros. Y lo de forasteros él lo decía por los veraneantes, los de Madrid, por torpes, y luego les invitaba a sardinas en el barco ese que tenía anclado en una huerta y sacaba un acordeón. Sin ser inmigrante o extranjero o forastero, rarito eras un rato, Chanquete.

Refresco del día: Saber que diremos "no, gracias" más de 3.000 veces este verano, para no acalorarnos cuando aún llevemos 2.000 y pico.

Archivado En