El que no corre huye | CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Agua bendita

En la fachada del Ministerio de Sanidad y Consumo vi unos coloridos cartelones, como de diseño del bueno, que nos daban consejos para que sofoquemos el calor. Uno era una ducha, con su agüita corriendo. Otro, una estrellita de esas de copo de nieve o de frigoría, que quería decir aire acondicionado. Otro, una botella de agua, para beber. Y el cuarto no lo sé, porque me lo tapó el autobús. Y yo pienso que contentos habrán quedado los del Ministerio de Medio Ambiente, que, si seguimos como vamos, lo van a tener que llamar Ministerio de Mitad de Cuarto de Ambiente. Yo, si fuera el Ministerio de M...

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En la fachada del Ministerio de Sanidad y Consumo vi unos coloridos cartelones, como de diseño del bueno, que nos daban consejos para que sofoquemos el calor. Uno era una ducha, con su agüita corriendo. Otro, una estrellita de esas de copo de nieve o de frigoría, que quería decir aire acondicionado. Otro, una botella de agua, para beber. Y el cuarto no lo sé, porque me lo tapó el autobús. Y yo pienso que contentos habrán quedado los del Ministerio de Medio Ambiente, que, si seguimos como vamos, lo van a tener que llamar Ministerio de Mitad de Cuarto de Ambiente. Yo, si fuera el Ministerio de Medio Ambiente, llamaría por teléfono al de Sanidad y Consumo y diría: -¿Está el Ministerio? Que se ponga. ¿Ese y Ce? Soy Eme A. -Hombre, hola Eme A. Cuánto tiempo ¿qué pasa? -Que qué pasa, gracioso, por lo visto demasiado tiempo desde la última vez que hablamos, majete. ¿Qué pasa tú, que me quieres desmontar el chiringuito o qué? Hombre, que da la casualidad de que todos tus consejos están basados en el gasto de agua o en la emisión de horrores para la atmósfera, tío, ¿de qué vas? Eso, sin saber de qué va el cuarto cartel, que espero que no sea un señor jugando al golf un rato por la mañana. Podrías, no sé, decirle a la gente que mantenga su casa cerradita, tipo la de Bernarda Alba, para que no les entre el sol y se les quede fresca. Podrías recomendarles que coman frutas, verduras, que no hagan ejercicios fuertes a las horas de más sol, que vean retransmisiones de salto de trampolín o de gente que sube al Everest... Que hay un montón de cosas, Ese y Ce, coño. Y me imagino, al otro lado del hilo, al Ese y Ce, abucharadito perdido, balbuceando que es que esos carteles me va a decir el diseñador que son muy difíciles de dibujar, o algo por el estilo, para quitarse el muerto de encima, el hombre.

Podrías decirle a la gente que mantenga su casa cerradita, tipo la de Bernarda Alba, para que no les entre el sol y se les quede fresca

Pero es que yo, si fuera ministerio, me pondría así de dura o más. Y siento mucho que se me haya visto el plumero de mis verdaderos intereses de persona al decir lo del golf, pero es que hay ya más de muchos campos de golf situados en las zonas de España donde menos llueve. ¿Y qué son? ¿Son para que jueguen los de Cádiz, los de Huelva, los de Almería? No señor, son para que se harten de jugar los seminuevos ricos esos, que vienen en invierno a celebrar importantísimas convenciones de trabajo en las que yo luego actúo y nadie me echa cuenta ninguna porque están todos mataos. Más valdría que trabajaran un poquito en vez de tanto juego. O que se los lleven a practicar windsurf a Tarifa y que se los lleve el levante a Canarias sin pasar por la casilla de salida. O por lo menos, si son tan dandis, que rieguen los campos con champán, y del caro.

Y a los demás, también ya nos vale, tirando de la cadena del váter como si nos creyéramos que estamos arrancando el motor de la zodiac. Que dentro de poco no habrá más agua que la de la entradilla de La 2. Noticias.

Refresco del día: hacer el favor de encontrar a alguien que invente unos sacos para almacenar el frío del invierno y soltarlo en verano, como decía la Abuela Ascensión, a ver si así pasamos los calores.

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