Reportaje:

Rossi, sólo contra sus propios retos

El motociclista italiano aspira a conseguir su séptimo Mundial a cinco carreras del final

El domingo pasado, en el circuito alemán de Sachsenring, Valentino Rossi ganó de nuevo. Fue el duelo más igualado desde la inauguración del curso, en Jerez, donde el italiano lo celebró en lo más alto y Sete Gibernau, renqueante y con un hombro dolorido por el choque contra su Yamaha en la última curva, fue segundo.

Carrera tras carrera, Il Dottore merma la moral de sus más directos rivales hasta el punto de que éstos, como le sucedió al español en la cita germana, llegan a obsesionarse con él. Sus oponentes, muy capaces y confiados en abril, se deshinchan a medida que transcurre...

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El domingo pasado, en el circuito alemán de Sachsenring, Valentino Rossi ganó de nuevo. Fue el duelo más igualado desde la inauguración del curso, en Jerez, donde el italiano lo celebró en lo más alto y Sete Gibernau, renqueante y con un hombro dolorido por el choque contra su Yamaha en la última curva, fue segundo.

Carrera tras carrera, Il Dottore merma la moral de sus más directos rivales hasta el punto de que éstos, como le sucedió al español en la cita germana, llegan a obsesionarse con él. Sus oponentes, muy capaces y confiados en abril, se deshinchan a medida que transcurre el campeonato. "Antes de los sucesos de Qatar [fue penalizado por tratar de aumentar la adherencia de la pista en la parrilla de salida], Rossi tenía focalizado su odio deportivo contra Max [Biaggi]", comenta Jeremy Burgess, el jefe de mecánicos del italiano. "Lo ocurrido allí le ayudó a centrar sus esfuerzos en tratar de que Gibernau no volviera a ganar", añade. A tenor de lo que ha sucedido desde entonces, lo ha conseguido.

Desde la carrera del circuito qatarí del pasado año, en la que salió vencedor y Rossi se dio un revolcón por el asfalto, Gibernau no ha ganado ninguno de los trece grandes premios que se han disputado. Rossi lo ha hecho en once ocasiones.

La trabajada victoria del piloto de Urbino en Alemania fue otro duro correctivo para quienes comparten asfalto con él. Aunque un circuito no le guste, como el de Sachsenring, último emplazamiento que contempló cómo terminaba una carrera fuera del podio [fue cuarto en 2004], Vale se aplica a él y aprende más y más en cada uno de los ensayos. Porque, como sostienen quienes trabajan junto a él, "es una esponja, sabe escuchar y aprende a cada momento".

Ahora, tras su nueva victoria, este risueño italiano de 26 años disfruta de un cojín de 120 puntos respecto a Marco Melandri, segundo en la clasificación general del Campeonato del Mundo de MotoGP, y de 121 respecto al nieto de Paco Bultó, tercero.

De seguir con su racha de resultados, Rossi alzaría su séptimo cetro en el país del sol naciente, Japón, cinco carreras antes de que el Mundial baje el telón. Al piloto de la Yamaha azul con el número 46 en amarillo le basta con sumar cinco puntos en las dos próximas, en Brno [28 de agosto] y Motegi [18 de septiembre], para coronarse de nuevo campeón. Pero, como demuestra cada vez que sube a su M1, está acostumbrado a ganar y a superar los retos que él mismo se impone.

El record de victorias en una misma temporada lo posee Mick Doohan, que en 1997 logró doce triunfos. Rossi puede permitirse el lujo de fallar en dos de las siete carreras que aún están por disputar para batir la marca del australiano. Demasiada ventaja para el mejor de la historia.

Valentino Rossi juguetea en Alemania con su trofeo transparente.ASSOCIATED PRESS

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