Reportaje:

Dos ramos de novia

El Ayuntamiento de Mollet del Vallès, en Barcelona, celebra el primer matrimonio entre lesbianas

Tani y Verónica querían una boda íntima, pero la singularidad de su unión hizo imposible eludir a la prensa. Aunque no lo desearan, su expediente, el 217/05, estaba destinado a hacer historia. Ayer, inauguraron en España el sí, quiero entre dos mujeres y, además, se convirtieron en el primer matrimonio homosexual en el que uno de los cónyuges no es español.

Tani es española, Verónica, argentina. Las dos llevaban ramo de novia. Superan la treintena, residen en Mollet del Vallès (Barcelona) desde hace cuatro meses y hace tiempo que viven juntas. Lo de casarse era un paso que tenían...

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Tani y Verónica querían una boda íntima, pero la singularidad de su unión hizo imposible eludir a la prensa. Aunque no lo desearan, su expediente, el 217/05, estaba destinado a hacer historia. Ayer, inauguraron en España el sí, quiero entre dos mujeres y, además, se convirtieron en el primer matrimonio homosexual en el que uno de los cónyuges no es español.

Tani es española, Verónica, argentina. Las dos llevaban ramo de novia. Superan la treintena, residen en Mollet del Vallès (Barcelona) desde hace cuatro meses y hace tiempo que viven juntas. Lo de casarse era un paso que tenían "clarísimo", explicaba antes de la ceremonia la madre de Tani, Esperanza. Al ritual de todo enlace, excitación y nerviosismo, las dos mujeres añadieron pavor ante tanta expectación. La ceremonia, prevista para las 11 de la mañana, empezó con tres cuartos de hora de retraso. Una ovación recibió a las contrayentes. Uno de sus familiares leyó un poema. Pidieron intimidad y la tuvieron hasta el contundente "sí, quiero" de Tani y el más quebrado -el juez, Jorge Vergara, tuvo que pedirle que lo repitiera más alto- de Verónica. Vergara concluyó el ritual sustituyendo el tradicional "os declaro marido y mujer" por un actual "os declaro unidas en matrimonio".

Cuando ambas, vestidas con traje de chaqueta, entrelazaron las manos y se dieron el beso, se dio la venia para que el medio centenar de cámaras (el número de periodistas multiplicaba por cuatro al de invitados) entrara en la sala. Los periodistas sólo pudieron ver las espaldas de las novias. Después, la prensa pasó a una sala para que fuera imposible sacar más imágenes. Todo estaba ensayado. Antes de la ceremonia, los fotógrafos habían decidido dónde colocarse y en qué posición. Había que encajar en pocos segundos un espacio muy reducido.

La primera boda entre mujeres ha abierto otro interrogante. Tani es española, y la ley desde el pasado 30 de junio le reconoce el derecho de casarse con otra mujer, pero el país de Verónica, Argentina, considera ilegal el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Ante la disyuntiva, el juez español dio prioridad al derecho de "todo sujeto, sea español o extranjero, a contraer matrimonio", independientemente de los efectos que ello pueda tener en el país de origen de uno de los cónyuges.

Las dos mujeres, ayer, ante el juez que las casó.CARMEN SECANELLA

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