Crítica:CONTEMPORÁNEA

Con pellizco

Al fondo de cada uno de los cuatro brazos del Crucero del Hospital Real de Granada se iban componiendo, al reclamo de la música, potentes imágenes del pintor irlandés Sean Scully. En el centro se situaron los músicos y, en diagonal, entre dos naves, los solistas de flauta y contrabajo. Los cantantes del coro, en cuatro grupos, permanecían en los lugares más alejados, cada uno en una nave. Mientras, los cantaores se desplazaban por el Crucero con sus estremecedores lamentos, en las formas básicas del flamenco, diciendo los textos de García Lorca. El público, que llenó el recinto, se movía con l...

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Al fondo de cada uno de los cuatro brazos del Crucero del Hospital Real de Granada se iban componiendo, al reclamo de la música, potentes imágenes del pintor irlandés Sean Scully. En el centro se situaron los músicos y, en diagonal, entre dos naves, los solistas de flauta y contrabajo. Los cantantes del coro, en cuatro grupos, permanecían en los lugares más alejados, cada uno en una nave. Mientras, los cantaores se desplazaban por el Crucero con sus estremecedores lamentos, en las formas básicas del flamenco, diciendo los textos de García Lorca. El público, que llenó el recinto, se movía con libertad, o bien se sentaba en sillas al lado de las paredes, o seguía a su cantaor favorito. Cuando los rectángulos de color de Scully habían completado los cuadros plásticos, el espectador podía sentirse en una exposición con música o en una catedral. Evidentemente, era un concierto nada convencional: participativo, multidisciplinar entre diferentes artes y tipos de música. Granada se alineaba con Georges Steiner y sus consideraciones acerca de lo que debe ser un festival: un lugar que alienta descubrimientos, nuevas ideas, nuevas estéticas, y, a ser posible, nuevas creaciones. El espectáculo, pensado en homenaje a Nono, es espléndido en la relación de música actual, arquitectura, pintura y flamenco. Tiene misterio, fascinación y aventura estética. Cantaron de fábula los cantaores y los coros y dirigió con fervor Cerveró. El público, de todas las edades y condiciones, asumió el reto. Aplaudió a rabiar, totalmente hechizado, con Morente al frente. La ha armado Mauricio Sotelo.

Sonetos del amor oscuro. Cripta sonora para Luigi Nono

De Mauricio Sotelo. Estreno absoluto. Imágenes de Sean Scully. Con Miguel Poveda y Arcángel (cantaores), Roberto Fabricciani (flautas) y Uli Fussenegger (contrabajo). Grup Instrumental y Coro de Valencia. Director: Joan Cerveró. Hospital Real, Festival de Granada, 1 de julio.

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