Reportaje:

Primeros pasos para 20 soñadores

Un grupo de niños madrileños bailará en las representaciones de 'Cascanueces' y 'La bella durmiente' con el Ballet Imperial Ruso

"Desde que vi la película Billy Elliot, un tutú y unas zapatillas de bailarina de verdad, no me quito de la cabeza el ballet clásico. Esto es un sueño". Gothar tiene 10 años, proviene de Armenia, pero se crió en España. Aquí dio sus primeros pasos de danza, y el martes que viene subirá por primera vez a un gran escenario en el teatro Gran Vía. Compartirá escenario con las grandes figuras del Ballet Imperial Ruso.

Gothar, Alba, Daniela, Samantha, Javier... son algunos de los 20 niños de la región que ha seleccionado Gediminas Taranda, director de la compañía y solista del Teatro B...

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"Desde que vi la película Billy Elliot, un tutú y unas zapatillas de bailarina de verdad, no me quito de la cabeza el ballet clásico. Esto es un sueño". Gothar tiene 10 años, proviene de Armenia, pero se crió en España. Aquí dio sus primeros pasos de danza, y el martes que viene subirá por primera vez a un gran escenario en el teatro Gran Vía. Compartirá escenario con las grandes figuras del Ballet Imperial Ruso.

Gothar, Alba, Daniela, Samantha, Javier... son algunos de los 20 niños de la región que ha seleccionado Gediminas Taranda, director de la compañía y solista del Teatro Bolshoi de Moscú.

Casi 600 niños madrileños de 4 a 14 años han participado en las audiciones, que fueron el miércoles pasado y ayer en Madrid. Alumnos del Conservatorio, estudiantes de academias o simplemente espontáneos que lo vieron en un programa de televisión. Todos podían ser candidatos a un pequeño papel en la representación de Cascanueces -del 28 de junio al 3 de julio- o La bella durmiente -del 12 al 17 de julio-.

"Hemos decidido contar con niños españoles para nuestras representaciones en Madrid como muestra de agradecimiento a la acogida en sus escenarios que nos ha brindado esta ciudad", explicaron desde la compañía. Y añadieron: "Nos ha sorprendido el interés despertado, sin que apenas hayamos hecho publicidad. Nos ha sorprendido gratamente el interés mostrado por la danza. Ojalá desde las instituciones alienten los sueños de estos pequeños para que puedan ser estrellas algún día".

A las cinco de la tarde de ayer, el escenario del teatro Gran Vía era puro desorden. Cuarenta niños correteando al ritmo de Chaikovski e intentado seguir a duras penas las órdenes -en ruso, a veces traducidas y a veces no- de Taranda. De vez en cuando, los pequeños lanzan miradas cómplices al fondo del teatro. Desde allí, los padres y madres observan orgullosos el devenir artístico de sus hijos.

"Esto es una pequeña parte de lo que hacemos todos los días. Para ser solista en una compañía como ésta, hay que trabajar muy duro, más de ocho horas diarias", amenaza Tarandas. Pero a su pequeña audiencia no le importa asumir el reto. "Voy a ser bailarina, aunque tenga que trabajar mucho", promete Gothar.

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Una docena de niños, en la sesión organizada por el Ballet Imperial Ruso para seleccionar intérpretes para sus próximos espectáculos en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

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