Un modelo de crecimiento exportable

Las similitudes de la situación económica de la Almería de hace 30 años con la de otras zonas semiáridas de países en vías de desarrollo ha originado un afán de imitación del milagro del desierto, sobre todo en América Latina. Unos 35 ingenieros agrónomos y medioambientales procedentes de México, Honduras, Venezuela, Ecuador, Brasil y Colombia han pasado en los últimos años por la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Almería para estudiarlo desde cerca e importarlo a sus Estados.

México es el lugar donde más expectación ha originado el programa de doctorado titulado ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las similitudes de la situación económica de la Almería de hace 30 años con la de otras zonas semiáridas de países en vías de desarrollo ha originado un afán de imitación del milagro del desierto, sobre todo en América Latina. Unos 35 ingenieros agrónomos y medioambientales procedentes de México, Honduras, Venezuela, Ecuador, Brasil y Colombia han pasado en los últimos años por la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Almería para estudiarlo desde cerca e importarlo a sus Estados.

México es el lugar donde más expectación ha originado el programa de doctorado titulado Agricultura intensiva en zonas semiáridas. Algunas instituciones públicas y privadas han desarrollado explotaciones bajo plástico en Baja California, Sinaloa y Sonora, donde se dan condiciones meteorológicas similares a las de Almería, según el profesor de Producción Vegetal Francisco Camacho, que visita regularmente ese país para participar en seminarios, congresos y cursos.

"Tienen un clima semiárido estupendo para los invernaderos, agua de buena calidad procedente de pozos y uno de los mercados más importantes del mundo al lado, el de Estados Unidos", explica Camacho, para el que los únicos inconvenientes importantes son las dificultades de acceder al crédito y el régimen de propiedad de la tierra (latifundios en lugar de las pequeñas explotaciones almerienses). El modelo se ha adaptado a la cultura agraria de cada país. Los cultivos intensivos mexicanos sustituyen el enarenado por texontzle, una roca volcánica totalmente inerte y en algunos invernaderos, en vez de plástico se utiliza malla para cubrir la plantación.

Camacho cree que el sistema puede tener éxito en esas zonas fronterizas con EE UU, pero no en el centro ni en la península de Yucatán (sur), donde también se ha extendido este tipo de cultivo. La razón es la enorme distancia al mercado que incrementaría los costes de transporte y distribución. El profesor asegura que el éxito de esos cultivos dependerá en gran parte de la mano de obra.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En