Académico con tango

Hasta hace poco más de un año, el miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y arquitecto José Miguel Merino de Cáceres no le confesó a su esposa que, un día a la semana, desde hacía más de tres años, se reunía para cantar tangos en un bar de Carabanchel, en Madrid, con varias personas, con quienes había creado un grupo dedicado a promocionar y difundir el arte tanguero. Desde entonces, alrededor de un bandoneón, los integrantes de la peña Caminito, españoles y argentinos, continúan encontrándose todos los jueves, ahora en un pub de la calle Luchana, donde a vece...

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Hasta hace poco más de un año, el miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y arquitecto José Miguel Merino de Cáceres no le confesó a su esposa que, un día a la semana, desde hacía más de tres años, se reunía para cantar tangos en un bar de Carabanchel, en Madrid, con varias personas, con quienes había creado un grupo dedicado a promocionar y difundir el arte tanguero. Desde entonces, alrededor de un bandoneón, los integrantes de la peña Caminito, españoles y argentinos, continúan encontrándose todos los jueves, ahora en un pub de la calle Luchana, donde a veces aparece una pareja de baile que aporta su toque singular al encuentro, con el bandoneón de Carlos Orazi y el piano de Fernando Pérez. Con desparpajo, sin nervios, debido a su costumbre para hablar en clase o impartir conferencias, Merino de Cáceres se ha presentado en público en su tierra segoviana, junto con Miguel Ángel Díaz, compañero de fatigas artísticas, en el patio de la que fuera pensión de Antonio Machado, con un gran éxito de público que lo sacó a hombros del armario artístico.-

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